"La política monetaria prudente necesita ser más flexible a fin de crear condiciones monetarias apropiadas para las reformas estructurales", dijo Xinhua, citando un comunicado después de la conferencia.
Pekín. China flexibilizará su política monetaria el próximo año a fin de recrear las condiciones apropiadas para las reformas estructurales, al tiempo que expande el déficit presupuestario, dijo el lunes la agencia de noticias Xinhua, citando decisiones que se tomaron en un encuentro de alto nivel.
La Conferencia de Trabajo Económico Central es observada de cerca por los inversores que quieren tener indicios sobre las prioridades de las políticas y las principales metas económicas para el próximo año.
"La política monetaria prudente necesita ser más flexible a fin de crear condiciones monetarias apropiadas para las reformas estructurales", dijo Xinhua, citando un comunicado después de la conferencia.
La política fiscal proactiva de China debe ser más vigorosa, dijo Xinhua, agregando que el encuentro de alto nivel pidió una expansión gradual del déficit fiscal chino.
El reporte de Xinhua se conoció después de que una fuente con conocimiento directo del encuentro, que empezó el viernes, dijera que China mantendrá sus políticas económicas acomodaticias en 2016 para ayudar a apuntalar una economía que se desacelera.
El gobierno tomará medidas para expandir la demanda agregada al tiempo que impulsa la "reforma del lado de la oferta" el próximo año, dijo la fuente que habló con un puñado de reporteros sobre la reunión.
"Necesitamos que la economía crezca a cierto ritmo a fin de que se desarrollen las reformas estructurales", dijo la fuente, que habló bajo condición de anonimato.
El Banco Popular de China (BPC) mantuvo una política monetaria prudente desde 2011, elevando o recortando las tasas en línea con las oscilaciones de la economía.
La política fiscal proactiva ha estado en vigor desde que la economía se hundió durante la crisis global.
El BPC recortó las tasas de interés seis veces desde noviembre del año pasado y redujo la cantidad de dinero que los bancos deben dejar como reservas.
En tanto, el gobierno elevó el gasto en proyectos de infraestructura y alivió las restricciones sobre las compras de casas para alentar a un mercado inmobiliario más débil.