Según el informe de objetivos estatales que leyó el primer ministro, Li Keqiang, ante el Legislativo nacional, China además intentará que la inflación no supere el 3,5%.
Pekín. China anunció este miércoles que su objetivo mínimo de crecimiento económico para 2014 será del 7,5%, un límite que iguala al establecido el año pasado y que afianza el enfoque de las autoridades en llevar a cabo reformas y reequilibrar la segunda economía mundial hacia un modelo más sostenible.
Según el informe de objetivos estatales que leyó el primer ministro, Li Keqiang, ante el Legislativo nacional, China además intentará que la inflación no supere el 3,5% y espera que la inversión foránea al final del año -sin contar el sector financiero- aumente también un 3,5% interanual.
Mientras que la inflación se mantuvo bajo control (la tasa media de 2013 fue del 2,8%), el objetivo de crecimiento económico fue superado por sólo dos décimas el pasado año, y según los expertos en 2014 el crecimiento real también será similar.
En la pasada década China se fijó objetivos de crecimiento económico interanual de hasta el 8%, pero la meta se redujo desde 2012, a medida que el país ralentizaba su ritmo de desarrollo, afectado especialmente por la reducción de las exportaciones que ha conllevado la crisis financiera mundial.
"En el último año, las dificultades fueron mayores de lo previsto pero los resultados fueron mayores de lo esperado", destacó al respecto el jefe de gobierno ante los cerca de 3.000 legisladores de la Asamblea Nacional Popular.
El profesor de Economía y Finanzas de la Escuela de Negocios China-Europa (CEIBS) Xu Bin aseguró a Efe que la confianza del Gobierno para alcanzar el 7,5% "se basa en que China es aún un país en desarrollo con potencial de crecimiento rápido y que habrá 'beneficios de las reformas' que compensarán la tendencia de la economía a desacelerarse".
El primer ministro también anunció que China mantendrá en 2014 una política monetaria "prudente" -la masa monetaria (M2) aumentará entorno al 13%, igual que el ejercicio pasado- y una política fiscal "proactiva", en la línea de años anteriores.
En este sentido, el Gobierno ha fijado un presupuesto de 15,3 billones de yuanes (2,5 billones de dólares, 1,8 billones de euros), un 9,5% más que el ejercicio anterior, y ha estimado que cerrará el año con un déficit de alrededor del 2,1% del PIB, como el año pasado, según datos del Ministerio de Finanzas.
"En general, el informe de Li muestra que el gobierno tiene una estrategia clara para llevar a cabo reformas a nivel profundo para permitir un crecimiento sostenible a largo plazo, pero también para mantener la economía en una tasa alta de crecimiento en el corto plazo sin tener que recurrir a una política monetaria expansiva", añadió el académico.
En los presupuestos, las partidas con mayores aumentos son sanidad y planificación familiar (15,1%), cultura, deportes y tecnología (9,2%), empleo y seguridad social (9,8%) y educación (9,1%), aunque en cifras absolutas el mayor gasto de los publicados es el de defensa, de 808.200 millones de yuanes (US$132.000 millones, 96.000 millones de euros).
Antes de la crisis financiera mundial, el país asiático logró crecimientos anuales casi siempre superiores al 10 por ciento, lo que le permitió pasar de ser la séptima economía mundial en 1999 a la segunda en 2010, pero Pekín espera que en los próximos años el crecimiento se frene.
El régimen comunista insiste en que busca deliberadamente esa ralentización para lograr un desarrollo económico más centrado en la calidad que en la cantidad, menos dependiente de la exportaciones -y por ello menos vulnerable a las crisis del mercado internacional- y más de su enorme y aún no del todo desarrollado mercado interno.