Las cifras vienen un día después de unos datos que mostraron que las presiones deflacionarias en el sector fabril se intensificaron en febrero.
El crecimiento en China de la inversión, las ventas minoristas y la producción fabril incumplió todos los pronósticos entre enero y febrero, dejando a los inversores con pocas dudas de que la economía aún está perdiendo fuerza y necesita nuevas medidas de apoyo.
Las cifras vienen un día después de unos datos que mostraron que las presiones deflacionarias en el sector fabril se intensificaron en febrero.
Los nuevos datos probablemente avivarán las expectativas de más recortes de tasas de interés y otros medidas para evitar una desaceleración más pronunciada en la segunda mayor economía del mundo.
La producción industrial creció un 6,8% en los dos primeros meses del año en comparación con el mismo período del año previo, dijo el miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas, su expansión más débil desde finales del 2008.
Los analistas consultados por Reuters esperaban un alza de un 7,8%, una cifra ligeramente inferior a diciembre.
"Esto es indicativo de la nueva normalidad defendida por el presidente Xi", dijo Chester Liaw, economista de Forecast Pte en Singapur.
"Los niveles de producción industrial de dos dígitos serán una cosa del pasado. También es poco probable que las ventas minoristas resistan mucho tiempo por encima del nivel de un 10 por ciento", agregó.
Las ventas minoristas subieron un 10,7% en los dos primeros meses, incumpliendo las expectativas de un alza de un 11,7%.
La inversión en activos fijos, un motor esencial de la economía china, subió un 13,9% en enero y febrero frente al mismo período del año anterior, también por debajo de las estimaciones de un aumento del 15%.
China, combina su reporte de datos de enero y febrero para la inversión, las ventas minoristas y la producción fabril a fin de minimizar las distorsiones de las vacaciones del Año Nuevo Lunar, que cayeron en enero en el 2014, pero este año se dieron en febrero.
La actividad fabril ralentizada refuerza las expectativas de que el crecimiento económico de China se desacelerará este año a un mínimo en un cuarto de siglo en torno a un 7% desde el 7,4% del 2014, aún con las medidas de estímulo adicionales previstas.