El Gobierno espera ansiosamente la apertura del mercado el lunes para ver si las nuevas medidas detendrán la racha bajista de un 30 por ciento de las últimas tres semanas, o si inversores inquietos que suscribieron grandes préstamos para especular en acciones seguirán vendiendo.
Shanghái. Los mercados de acciones de China podrían enfrentar una semana decisiva, luego que funcionarios tomaron medidas sin precedentes el fin de semana para evitar un desplome que podría amenazar a la segunda economía más grande del mundo.
El Gobierno espera ansiosamente la apertura del mercado el lunes para ver si las nuevas medidas detendrán la racha bajista de un 30 por ciento de las últimas tres semanas, o si inversores inquietos que suscribieron grandes préstamos para especular en acciones seguirán vendiendo.
En un fin de semana de extraordinario, corredurías y gestores de fondos se comprometieron a compras masivas de acciones, apoyados por una empresa de financiamiento a las operaciones respaldada por el Estado, que a su vez dispondrá de una línea de liquidez directa del banco central.
China además organizó una paralización de la emisión de nuevas acciones, echando por tierra los planes de decenas de compañías para emitir acciones por primera vez, una táctica que las autoridades ya han usado para sostener a los mercados.
Un sondeo online durante el fin de semana del distribuidor de fondos eastmoney.com, que consultó a más de 100.000 individuos, dijo que los inversores creen que los índices de acciones subirán más de un 5 por ciento el lunes.
Pero el mismo sondeo mostró que los inversores no creen que el repunte dure mucho.
"Va a ser necesario que el banco central abra las compuertas (del dinero) para volver a los 4.500 puntos en (la bolsa de) Shanghái", comentó un administrador de inversiones en Shanghái que habló bajo condición de anonimato.
Las principales corredurías de China prometieron el sábado la compra conjunta de al menos 120.000 millones de yuanes (19.300 millones de dólares) en acciones para ayudar a estabilizar al mercado y que no venderán sus carteras mientras el índice esté por debajo de los 4.500 puntos, un punto al que se llegó por última vez el 25 de junio.
El índice compuesto de Shanghái ha perdido un 22 por ciento desde entonces.
La Asociación China de Fondos Mutuos dijo que 25 empresas de fondos también se comprometieron a comprar acciones el sábado. Otras 69 compañías de fondos también se comprometieron a hacer lo mismo el domingo.
Junto a ello, 28 firmas que tenían aprobada la colocación inicial de acciones suspendieron sus planes.
El efecto combinado de las políticas es señalar al ejército de inversores minoristas de China, que realizan cerca de un 85 por ciento de las transacciones de acciones, que el Gobierno está ahora detrás del mercado bursátil, pero no está claro si eso será suficiente para poner un piso bajo el mercado y dar pie a una racha alcista sostenible.
Li Feng, un operador de Fortune Securities, dijo que el monto comprometido por los gestores de fondos es pequeño comparado con el tamaño de las posiciones financiadas por deuda que están a la espera de liquidarse.
Las acciones chinas subieron más de un 150 por ciento en sólo 12 meses, pese a que la economía se enfrió y las ganancias de las empresas se debilitaron.
Pero una corrección que comenzó a mediados de junio, que la Comisión Reguladora de Valores de China describió inicialmente como una corrección saludable tras la fuerte alza, ha mostrado rápidamente señales de haberse salido de control.
Un sorpresivo recorte de las tasas de interés por parte del banco central la semana pasada, la flexibilización en márgenes de operaciones y otras "medidas de estabilidad" hicieron poco por calmar a los inversores, cuyos movimientos provocaron una caída de las acciones de un 12 por ciento sólo la semana pasada.
Los principales líderes chinos, que ya luchan por evitar una desaceleración económica mayor, parecían estar perdiendo la paciencia. En el mercado bursátil chino ya se han perdido casi 3 billones de dólares en valor de mercado, más que toda la producción económica de Brasil.