El portavoz del Gobierno socialista francés, Stéphane Le Foll, afirmó que el Ejecutivo no exigirá su dimisión, que, dijo "concierne solo al FMI".
París. La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, afirmó que no piensa dimitir de sus funciones pese a que fue imputada por un presunto caso de corrupción que data de su etapa de ministra de Economía de Francia.
Lagarde aseguró que la Corte de Justicia de la República, una instancia que juzga exclusivamente a los ministros o exministros por delitos cometidos durante sus mandatos, le había imputado por "negligencia" en el caso de las presuntas irregularidades en el pago de una indemnización millonaria al empresario Bernard Tapie.
Pese a ello, en declaraciones a medios franceses, Lagarde afirmó que proseguirá su labor al frente del FMI, que comenzó en 2011 cuando asumió el puesto que dejó vacante su compatriota Dominique Strauss-Kahn, envuelto en un escándalo sexual.
El portavoz del Gobierno socialista francés, Stéphane Le Foll, afirmó que el Ejecutivo no exigirá su dimisión, que, dijo "concierne solo al FMI".
La defensa de Lagarde destacó que la imputación de la patrona del FMI es por "negligencia" y no por "estafa en banda organizada", como sucede con el resto de los implicados, entre ellos su jefe de gabinete de la época, Stéphane Richard, actual presidente del operador de telecomunicaciones Orange, y el propio Tapie.
Los abogados de Lagarde, que consideran la imputación "sin fundamento", apelarán la decisión de la Corte de Justicia de la República francesa, que la ha interrogado en cuatro ocasiones, la última de ellas mismo, cuando permaneció 15 horas testificando ante los jueces.
Hasta ahora, al término de esos interrogatorios, los magistrados no habían pasado de la barrera de "testigo asistido" atribuido a la directora del FMI, que se había refugiado de esa situación para mantener su puesto en el organismo con sede en Washington.
Lagarde se enfrenta ahora a una imputación por un delito penal que en Francia está penado con hasta un año de cárcel y 15.000 euros de multa.
Los jueces le reprochan haber sido negligente en el caso de la indemnización concedida por el Estado a Tapie en 2007, de más de 400 millones de euros, como compensación por la venta de la empresa de material deportivo Adidas.
Confiscada a Tapie, ese grupo fue atribuido al banco Crédit Lyonnais, de titularidad pública, que lo vendió en 1993 al empresario Robert Louis-Dreyffus.
Tapie consideró el precio de la venta muy inferior al de mercado e inició un litigio que duró años.
Para cerrarlo, Lagarde, en su calidad de ministra de Economía entre 2007 y 2011, ordenó un arbitraje privado, en lugar de uno público, que impuso esa indemnización millonaria.
Los tribunales abrieron una investigación al considerar que era más elevada de lo previsto y que pudo deberse a la amistad entre Tapie y el entonces presidente, Nicolas Sarkozy.
Los jueces hallaron una carta firmada por Lagarde en octubre de 2007 en la que se ordenaba el arbitraje privado.
La exministra negó haberla rubricado y desvió la responsabilidad en su jefe de gabinete, el cual aseguró que actuaba por orden de Lagarde.
Otro punto en el que la directora del FMI fue negligente, según los jueces, fue el hecho de no haber atendido a varios informes de la Agencia Francesa de Participaciones del Estado, encargada de gestionar las empresas públicas, en el que se alertaba contra el peligro del arbitraje privado.
En un principio, Lagarde negó haber recibido estos informes, pero cuando los jueces demostraron que sí los había recibido, la exministra aseguró no haberlos leído.
También se investiga por qué la ministra de Economía no apeló el monto de la indemnización ordenada a Tapie una vez que fue decidida.
Lagarde solo puede ser investigada por la Corte de Justicia de la República en este caso en su condición de exministra, mientras que el resto de imputados, entre los que figura también uno de los miembros del arbitraje privado, se enfrentan a las acusaciones en la justicia ordinaria.