La fuerte devaluación que registró el peso argentino esta semana como reacción al resultado de las elecciones del domingo, comienza a tener consecuencias sobre la economía real, con fabricantes y productores retrasando sus envíos para recalcular precios.
Buenos Aires. Fabricantes argentinos de productos que van desde automóviles hasta harinas retrasaban sus envíos a los comercios mientras recalculaban sus precios tras la fuerte devaluación que registró el peso esta semana, dijeron a Reuters fuentes del sector.
El derrumbe de los mercados financieros se produjo este lunes tras la aplastante victoria que obtuvo el domingo el opositor Alberto Fernández en las primarias presidenciales, que dejaron al mandatario neoliberal Mauricio Macri -el candidato preferido por los mercados- con mínimas chances de ser reelecto.
Macri anunció este miércoles varias medidas con las que busca aligerar el impacto que tendrá sobre los argentinos el derrumbe de los mercados, que a pesar de eso seguían cayendo.
Y las consecuencias del desplome ya comenzaban a sentirse sobre la economía real.
Los concesionarios de automóviles no podían reponer el stock porque las terminales suspendieron la venta, debido a que los autos nacionales tienen como mínimo un 60% de componentes importados que se cotizan en dólares, dijo a Reuters Guillermo Dietrich, titular del concesionario Grupo Dietrich.
"La facturación de las fábricas esta frenada, no puedo reponer", dijo Dietrich en una entrevista telefónica.
Su red de concesionarios mantuvo el precio de venta de los vehículos de la semana pasada, antes de la devaluación de la moneda local, por lo que las operaciones aumentaron de cuatro a 12 por día esta semana ante los precios "bajos", explicó.
El comprador "vio una conveniencia para protegerse ante la inflación", agregó.
Desde hace décadas muchas empresas argentinas establecen los precios de productos y servicios en parte teniendo en cuenta el valor del dólar para no perder dinero ante la inflación y las recurrentes devaluaciones.
Si bien las elecciones generales son en octubre, la amplia diferencia entre ambos candidatos en las primarias generó temor en el mercado a que un triunfo del candidato de centroizquierda Fernández genere un regreso a políticas de mayor intervención del Estado en la economía.
Varias empresas que suministran alimentos estaban ya ajustando sus precios.
"Teníamos muchas órdenes de compra pendientes de entrega, pero nos llamaron desde las empresas proveedoras para renegociar el precio de la orden", dijo una fuente de un supermercado internacional, que habló bajo condición de anonimato, y se quejó de la especulación de algunas firmas.
Gabriel Fernández, secretario general de la Federación Argentina de Industriales Panaderos y dueño de una panadería, dijo que su proveedor de harina le avisó que solo va a venderle una cuota de lo que suele proveerle debido a que los molinos cortaron las ventas momentáneamente.
"Quieren saber el valor de la harina y hoy, con el aumento del dólar, van a tratar de no sacarse de encima mucha mercadería", explicó Fernández.
Algunas casas de electrodomésticos de Buenos Aires quitaron los precios a los productos en sus vidrieras porque no llegaron a actualizar los valores.
Una fuente del sector inmobiliario dijo que hay mucha incertidumbre sobre el efecto que generará la nueva devaluación en el mercado, que suele realizar casi todas sus operaciones de compra y venta en dólares.
"Estamos en un momento en que hay que tener mucho cuidado porque pareciera que vale todo", señaló Sandra González, presidenta de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (ADECUA).
La inflación, que alcanzó un 47,6% en el 2018 y este año sigue alta pese a las promesas del Gobierno, podría ser el golpe de gracia para la gestión de Macri, que hasta hace poco confiaba en obtener la reelección.
"Estimábamos una inflación del 40% para este año, ahora es probable que sea parecida a la del año pasado, pero no tenemos una estimación hasta que se frene esta situación", dijo Matías Rajnerman, economista de la consultora Ecolatina.
El dueño de una perfumería de la zona sur de Buenos Aires, que pidió no ser identificado, dijo que empresas de primera línea se negaron el lunes a venderle maquillaje y tinturas de cabello debido a que no tienen precio. Un distribuidor le dijo que calcule un 20% de aumento y otro le dijo que mantendría los precios sólo con pago en efectivo.
"Uno ya no sabe qué hacer. Es una locura que no me convenga vender porque quizás lo que vendo a 90 pesos después lo tengo que pagar 100", dijo el comerciante desde su local.