En 2011 continuó la recuperación colombiana iniciada en 2010. Las tasas de crecimiento e inflación en 2011 serían aproximadamente 5,5% y 4%, respectivamente; el desempleo 9,2%, aunque el subempleo 45% (noviembre).
La recuperación 2010-2011. La desaceleración en 2009 fue consecuencia de la Gran Recesión mundial; la recuperación en 2010-2011 llegó con la recuperación mundial. Los estímulos monetarios y fiscales estadounidenses y europeos y, en particular, el crecimiento chino restablecieron la demanda y los precios de las materias primas luego de su abrupta caída a principios de 2008.
Así, las economías basadas en materias primas aumentaron sus ingresos por el mayor valor de sus exportaciones. Éstos se distribuyeron entre propietarios y trabajadores productores de materias primas y luego entre quienes les vendían bienes y servicios. De ese modo, el mayor ingreso se tradujo en crecimiento económico.
Las elevadas tasas de interés colombianas indujeron más ingresos externos. Las empresas con acceso a los bancos internacionales, con recursos ingentes debido a esas expansiones, se endeudaron masivamente en el exterior para beneficiarse de intereses menores. En 2009 el mayor endeudamiento externo fue público para financiar el gasto que evitó una desaceleración mayor; en 2010-2011 fue privado.
Dichos ingresos externos revaluaron la tasa de cambio, 32,7% entre febrero 25 de 2009 y julio 15 de 2011 (cuando hubo la tasa más elevada y la más reducida). La revaluación compensó parte del aumento de los precios internacionales en la canasta de los consumidores. Pero hizo perder competitividad a la producción de importables y exportables ajenos a dichos aumentos y el crecimiento fue reducido o negativo en los sectores manufacturero y agropecuario. Se reflejó también en mayores importaciones que exportaciones.
¿Fin de la recuperación?. Según la OECD, en 2012 Estados Unidos crecería 2%; en 2011 habría crecido 1,7%. Los estímulos fiscales y monetarios fueron insuficientes para recuperar plenamente economía y empleo. Más grave, no habría estímulos en 2012; los republicanos parecieran estar dispuestos a paralizar la economía a fin de evitar la reelección de Barack Obama.
Parte de Europa ya está en recesión. Según la OECD, en 2012 el crecimiento de la Eurozona sería 0,2%. La Gran Recesión implicó una reducción notoria de sus ingresos externos que paralizó sus economías y en los países del Mediterráneo derrumbó el turismo, una de sus principales actividades.
Consecuentemente cayó la recaudación y como aumentaron el gasto fiscal para evitar una recesión mayor, el déficit y el endeudamiento resultaron insostenibles. Ocurrió en Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia. Si no pagan sus deudas, los bancos europeos enfrentarán serias dificultades. Sin financiamiento, Europa tendría una grave recesión, prolongada.
Para evitarlo se establecieron ayudas financieras condicionadas a duros ajustes fiscales que reducen ingresos y provocan conflictos sociales y crisis políticas. Pero reducir la demanda genera recesión y, en consecuencia, menor recaudación y mayor déficit, alejando el equilibrio fiscal, supuestamente en forma transitoria. Todo ello genera más incertidumbre.
De tal modo, la crisis europea sería duradera. Y en Estados Unidos nada cambiaría hasta las elecciones de noviembre de 2012… si es que presidente y mayorías legislativas resultan afines. Y si estadounidenses y europeos no compran en forma creciente, los chinos no tienen para quién producir crecientemente y, por lo tanto, enfrentarán también una desaceleración.
Así, la economía mundial comienza a mostrar señales declinantes. Entre noviembre y enero 2011 (cuando su nivel más elevado) el índice de precios de materias primas del FMI descendió 11,3%. Los precios del petróleo y el carbón, principales exportaciones colombianas, descendieron 9,3% (desde abril) y 14,1% (enero), respectivamente.
Colombia 2012. Si las tendencias mundiales no cambian, en 2012 la economía colombiana crecería poco. Consecuentemente, las tasas de empleo y subempleo desmejorarían.
El valor de las exportaciones se reduciría. Menores precios internacionales inducirían menores rentabilidades y ellas menores inversiones extranjeras. Menores ingresos externos acelerarían la devaluación iniciada en julio 2011. Y ante el ciclo devaluatorio, el endeudamiento externo privado se reduciría, induciendo más devaluación.
Con ello el índice bursátil caería: los inversionistas venden unos títulos para comprar otros, incluyendo divisas, según rentabilidades relativas vigentes. Se compensaría parcialmente si se diera una poco probable expansión monetaria agresiva.
Si la expansión fiscal es significativa por las obras civiles que comienzan a licitarse, compensaría los menores ingresos externos y evitaría así una desaceleración mayor, como en 2009. Pero si se financia externamente podría detener el ciclo devaluatorio, afectando la competitividad y el crecimiento de manufacturas y agropecuarios, como en 2009.
La devaluación presionaría al alza los precios domésticos de los transables. Sería compensada por la reducción de los precios internacionales. Si la política monetaria es expansiva, como debería ser, la tasa de interés de referencia debería reducirse induciendo menores tasas comerciales. Deberían disminuir más aún por una mayor competencia bancaria gracias a las recientes medidas regulatorias del Gobierno. La inflación de los transables estaría controlada de tal modo; la de los no transables por los menores ingresos.
Competitividad, una vez más. Pero crecer a tasas elevadas y, sobre todo, sostenidas, con baja inflación y empleo abundante, requiere más: la producción de transables, que no se beneficia de precios internacionales elevados pero inestables, particularmente manufacturas y agropecuarios, debe ser competitiva.
Según el “Índice Big Mac”, a julio 2011 la tasa de cambio china aventajaba a la colombiana en 60,7 puntos porcentuales. Según el Banco Mundial, en 2010 la tasa de interés activa real promedio en Colombia era 6,1%, en China cero. Las empresas colombianas pagan 33% de impuesto a la renta, las chinas 25%.
Así, ¿cómo competir? ¿Reduciendo salarios? Según el banco UBS, en 2009 los salarios promedios pagados en Bogotá eran iguales a los pagados en Shanghái, US$3,9 la hora. ¿Incrementando la productividad? Según el Banco Mundial, en 2008 la productividad laboral en Colombia era US$17,679, en China US$10,378.
Lo que se requiere son precios básicos e impuestos competitivos que permitan empresas competitivas y, por lo tanto, rentables... y mejor infraestructura. Dependen de las políticas monetaria, fiscal y de regulación. ¿Cambiarán?