Acompañado por sus ministros económicos, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, presentó el Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (Pipe), que definió como un "plan de choque" para reactivar las áreas rezagadas de la economía colombiana.
Bogotá. El gobierno de Colombia invertirá más de 5.000 millones de pesos (unos US$2,7 millones) en su nuevo plan para la activación de la economía, con el que espera subir un punto más en el producto interno bruto (PIB), que en 2012 fue del 4%.
Acompañado por sus ministros económicos, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, presentó el Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (Pipe), que definió como un "plan de choque" para reactivar las áreas rezagadas de la economía colombiana, que en términos generales consideró bien encaminada.
Santos dijo que con esta inyección de "cinco billones (anglosajones o 5.000 millones de pesos)", el gobierno espera que "reaccione en un 1% el crecimiento, lo que nos llevaría a la meta que gobierno fija al decir que la economía tiene capacidad de crecer sin esfuerzo adicional hasta el 4,8%", dijo Santos.
El presidente destacó que este paquete de medidas respeta la "vitrina fiscal sin sacrificar las metas fiscales" y tiene como fin último generar un impacto directo en la creación de empleo que el gobierno espera se traduzca en hasta 350.000 nuevos puestos de trabajo.
Asimismo, el Ejecutivo confía en que la estrategia se traduzca de inmediato en una tasa de cambio del peso colombiano más favorable respecto al dólar: "queremos que la tasa se coloque a niveles de equilibrio cercanos a los 1.900 (pesos por cada dólar)".
En la última década, la tasa de cambio fluctuó desde 3.000 pesos por dólar hasta unos 1.770 el año pasado, lo que exigió una política para combatir la apreciación de la divisa colombiana que implicó la compra de dólares y que a lo largo de este año ha logrado ubicar por encima de los 1.800 pesos por dólar.
Precisamente, la revaluación del peso es uno de los principales problemas de sectores productivos colombianos como la agricultura y la industria, debido al impacto en las exportaciones, un punto que la nueva estrategia pretende zanjar con nuevas compras de dólares y un ahorro previsional diversificado con inversiones en otros países.
El Pipe comprende medidas transversales (cambiarias, tributarias, arancelarias, de competitividad y de lucha contra el contrabando) y otras sectoriales, vinculadas a la infraestructura, vivienda, comercio y agricultura.
Del dinero que será destinado a este plan, unos US$2,5 millones serán enviados a la vivienda; US$670.208 a las medidas arancelarias; US$388.994 a las infraestructuras; US$298.174 a la agricultura; US$157.020 a la competitividad; y US$38.290 al plan anticontrabando.