En medio de la desaceleración económica, los empresarios se enfrentan a varios retos para ser competitivos. Impuestos, créditos más caros y devaluación, los principales retos en 2016.
Bogotá. El escenario económico es desafiante para el empresariado colombiano en momentos en que el poder adquisitivo es cada vez menor entre los trabajadores nacionales gracias a una inflación que para muchos expertos podría superar incluso el 6% al cierre de este año.
Entidades como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) no son optimistas para el crecimiento productivo de la Nación contemplando un 2,8% en 2015, muy por debajo del 4,6% que se alcanzó el año pasado. De igual manera, el 2016 no será tan fácil, la Ocde estima un 3% en el PIB local y una recuperación lenta en 2017 esperando un 3,3%.
Otras firmas, como Bancolombia, estiman que para el presente año el país alcanzará el 3,1%, pero para 2016 la unión de varios factores negativos llevaría a un ajuste del 2,8%. El equipo técnico del Banco de la República le apuesta a un 2,8% el año próximo, al igual que el Fondo Monetario Internacional y el BBVA prevén que la economía sólo volverá a estar por encima del 4% a finales de la década.
En este contexto, la austeridad y la creatividad de la industria y del Gobierno para administrar sus recursos en momentos de vacas flacas serán los puntos claves para elaborar sus presupuestos y lograr salir a flote soportando los siguientes años, que serán acompañados de una volatilidad del dólar, precios inciertos del petróleo y un ajuste en la inflación y en las tasas de interés.
Para el vicepresidente de inversión de Corficolombiana, Alejandro Sánchez, el 2015 se puede declarar como el año de la “torcida”, porque cambiaron la mayoría de escenarios económicos. “La demanda en Colombia está afectada y tenemos un entorno regional deteriorado en donde varios socios del país están golpeados y eso hace que los ingresos no reaccionen a la misma velocidad en que se venía presentando. Además, con una inflación tan alta vamos a ver cómo quedan los salarios del año siguiente, que pueden aumentar los costos fijos de las empresas, dijo Sánchez, agregando que con tasas de interés altas el endeudamiento será más costoso.
Este bajonazo del producto interno colombiano ha ocasionado que la mayoría de los sectores de la economía estén reduciendo sus gastos permanentes y, por ende, algunas firmas buscan negociar contratos que estaban a términos fijos con sus proveedores para pasarlos a términos variables tratando de acomodarse al nuevo escenario y en otros casos más extremos vender activos fijos como edificios, oficinas o vehículos. En el otro lado de la moneda están los empresarios que se lanzan a aguas que no han navegado, es el caso de algunos contratistas que se dedicaban a la industria del petróleo y han encontrado en la infraestructura un potencial para crecer.
Alberto Hoyos, presidente de Noel, considera que una desaceleración no puede ser vista del todo como algo negativo, argumentando que puede ocasionar oportunidades de crecimiento para la industria. “En la última década el Grupo Nutresa perdió el mercado de Venezuela, sumado a las salvaguardas en Ecuador, dos mercados naturales para nosotros, y tomamos la decisión de impulsar una expansión internacional implementado modelos de adquisición que nos ha permitido tener un tamaño del mercado eficiente para tener escala de negocio y enfrentar de una manera más segura los efectos individuales de los países donde estamos, y donde también sufren devaluación y desaceleración”.
Hoyos complementó diciendo que el Grupo Nutresa está impulsando una alternativa para fortalecer la productividad y la generación de empleo. “La formación no debe ser únicamente en programas universitarios en posgrados y maestrías, porque a nivel de técnicas y tecnológicas existe un potencial grande para desarrollar nuevos productos y poder incorporar un gran número de personas desempleadas que pueden aportar ideas frescas a las empresas”.
Por otra parte, empresarios consideran que el entorno tributario también será complejo para 2016. El vicepresidente de inversión de Corficolombiana señala que el impuesto del CREE, cuyas tasas suben año a año, seguirá pegando en la industria nacional. “El único indicador que sube en la economía colombiana son los impuestos y seguirán presionando los márgenes de las compañías y su generación de caja”.
Alfonso Gómez Palacio, presidente de Telefónica Colombia, dice que el reto de la industria está en motivar a sus trabajadores para lograr buenos resultados en escenarios adversos. “Una empresa que tenga vocación de largo plazo puede afrontar estos ciclos de desaceleración de una manera madura y consecuente (…) y de alguna manera esto tiene mucho de cómo se transmite la información al equipo de trabajo para inspirar a cumplir metas ambiciosas; entonces, de alguna manera, los empresarios deben tener un efecto catalizador para tener los pies en la tierra y promover la búsqueda de nuevos mercados basados en el optimismo”.
El gran reto del empresariado local es crecer en medio de un mercado hostil y lo más probable es que escuchemos en 2016