Mientras el gobierno puja para que las tasas de interés suban máximo 0,25 % para evitar la desaceleración económica, analistas creen que el Emisor las incrementaría en 0,50% para atacar la inflación, que en los últimos doce meses fue de 7,98%.
El próximo 29 de abril la tensión en la junta directiva del Banco de la República estará en su grado máximo. Hasta ahora, ha dicho el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha triunfado su tesis de que es conveniente para el crecimiento de la economía sólo subir las tasas de interés al 0,25%. Sin embargo, la presión que hoy tiene el Emisor se centra en atacar la inflación que esta semana llegó a su máximo histórico en la última década: 7,98 % (periodo abril 2015-marzo 2016 ), por lo que un sector de la junta, que ha insistido en subirlas al 0,50 %, estará de nuevo en la puja.
Las cifras muestran que, a pesar del incremento de las tasas, esa medida no ha logrado controlar el caballo desbocado de la inflación. Sólo en el último trimestre acumuló una variación de 3,55%, registrando un incremento vertiginoso de 1,55 %, pues en el mismo período de 2015 se ubicó en 2,40%.
El escenario para el Emisor hoy es históricamente atípico. La economía se desacelera y la inflación sigue escalando. Los pronósticos del banco central no aciertan y los del mercado tampoco. La proyección del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para el mes que terminó era de 0,68 %, pero el dato final fue de 0,95%.
Daniel Velandia, jefe de investigaciones de Credicorp Capital, dice que no es que los modelos de pronósticos del mercado estén mal calibrados, sino que la coyuntura es desconocida. “La mezcla de factores como el fenómeno de El Niño, una devaluación de la moneda histórica, una economía que está desacelerándose y un petróleo en mínimos históricos, generan una incertidumbre muy grande que se ve reflejada finalmente en las proyecciones. En particular, lo que más está afectando la inflación es la sequía. Está impactando los precios de los alimentos, la energía y el gas. Es algo muy difícil de predecir a corto plazo”.
De hecho, el de los alimentos fue el grupo con mayor variación en lo corrido del año: 5,98%, mientras que entre enero y marzo de 2015 fue de 4,56%, es decir, son los que más están jalonando la inflación en el país. Por eso el remedio de subir las tasas de interés no está funcionando, apunta Camilo Silva, director de análisis técnico de Valora Inversiones, pues el ciudadano deja de comprar son los productos de segunda necesidad, que justamente fueron los que registraron menos variación en el último trimestre del año, según el reporte inflacionario del DANE: diversión, con 1,14 %; vestuario, con 1,47%, y transporte, con 1,82 %. En enero-marzo de 2015 fueron de -0,84%, 0,41% y 1,35%, respectivamente.
“Por eso, con el alza de tasas, el Banco difícilmente va a lograr atajar la inflación hasta que haya dos efectos que realmente van a impactar: uno, que las lluvias —ya las estamos viendo— incidan en la producción de los alimentos, pero será a mediano plazo, no de inmediato. Y dos, el dólar, que ojalá lo tuviéramos por debajo de los $3.000 en los próximos meses”, agrega Silva.
No obstante, ese es otro escollo, pues el Emisor no puede controlar la divisa, ya que depende de factores externos, como el precio del barril de petróleo. De hecho, todas las miradas están puestas en la reunión que se dará el próximo 17 de abril en Doha, capital de Catar, donde se espera que congelen la producción. Sin embargo, se conoce que todos la están incrementando antes de la negoción.
Hasta el momento ya han confirmado su asistencia los representantes de 15 países, que incluyen tanto a los de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como a otros productores no pertenecientes al cartel petrolero.
Los escenarios del Banco. Para el mercado, no hay duda de que el Banco de la República vaya a intervenir de nuevo incrementando las tasas de interés. La puja estará entre los siete miembros de la junta directiva del Emisor: dos codirectores que, dicen expertos, ratificarán su voto a favor de incrementar la tasa a 0,50 %, para llegar a 7% . El resto, incluido al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien representa al gobierno, insistirá en mantener la moderada alza de 0,25 %, para no afectar tanto el crecimiento de la economía.
No obstante, dice Velandia, “uno de los argumentos de subir a 0,25% la tasa de interés es guardar munición para después. Si sube 0,50 % hoy y resulta que eso no tiene el efecto esperado sobre la inflación, el Banco se va quedando sin herramientas, entonces, seguir con 0,25 % puede ser más eficiente para beneficiar las expectativas y los jugadores del mercado”.
De todas maneras augura que el máximo que alcanzará la tasa es 7% y que al finalizar el año, esperando que la inflación corrija, se hablaría de tasas de interés del 6,25 %.
-¿Cómo afecta al ciudadano que se suban las tasas?
-Para el presidente de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), el Banco de la República va a seguir interviniendo para subir las tasas, sin embargo, “no sabemos si el aumento va a ser 0,25 o 0,50 %. Si es el último, mandaría un mensaje contundente frente a frenar esas expectativas de inflación, pero eso tendrá un efecto en el crédito en Colombia. Se ha encarecido a raíz de que la tasa de referencia se ha incrementado en más de 150 % en los últimos ocho meses, y podrían llegar en el año corrido a 200%”.
Por eso las proyecciones del sector, aunque no son tan malas, muestran el impacto de las decisiones del Emisor: en 2015, las tasas de crecimiento de cartera hipotecaria fueron del 11,5 % y las expectativas de Asobancaria son del 8,5% para 2016. O sea que el crecimiento va a ser 3% menor, previendo que la economía en 2016 crecerá 2,3%.