El 27 de octubre Colombia realizará una nueva emisión de deuda a 10 años para financiar proyectos que ayuden al medioambiente. Dependiendo de la demanda, el Gobierno podría vender hasta 975.000 millones de pesos (US$ 258 millones).
A un mes de que su oferta local inicial tuviera un desempeño muy superior al del mercado secundario, y en medio del apetito por valores diseñados para ayudar al medio ambiente, Colombia venderá nuevamente bonos verdes.
El 27 de octubre, la nación andina ofrecerá al menos 650.000 millones de pesos (US$ 170 millones) más de la deuda a 10 años, dijo el director de Crédito Público, César Arias, en una entrevista. Dependiendo de la demanda, el Gobierno podría vender hasta 975.000 millones de pesos (US$ 258 millones) de los valores, que financiarán proyectos de energía renovable, manejo del agua, transporte limpio y esfuerzos para frenar el cambio climático.
En lo que respecta al financiamiento verde local, Colombia está por delante de sus pares latinoamericanos y se ha convertido en el primer país en aprovechar la creciente demanda internacional vendiendo la deuda en los mercados locales.
Si bien el escepticismo a nivel mundial sigue siendo sobre cuán efectivos son estos bonos para incentivar el comportamiento ecológico, tras la venta, los valores aumentaron y ahora rinden casi 20 puntos básicos menos que los bonos convencionales equivalentes, lo que amplía el llamado greenium a aproximadamente tres veces el nivel que tenían cuando debutaron.
Fue un llamado fácil para emitir más valores dados los menores costos para el Gobierno y el atractivo para los inversionistas extranjeros con el mandato de enfocarse en temas ambientales, sociales y de gobernanza, conocidos como ASG, según Arias. Aproximadamente 45% de la primera venta verde de Colombia se destinó a fondos extranjeros, mucho más que la participación internacional general del 26%. Adicionalmente, los valores también son menos volátiles, lo que amplía su atractivo.
“Los bonos verdes tienen tres ventajas: costo, resiliencia y diversificación”, señaló Arias.
Países en desarrollo como Colombia están comenzando a ponerse al día con el auge de la emisión de deuda diseñada para financiar esfuerzos ambientales, un mercado que anteriormente había sido liderado por países europeos como Francia, Reino Unido y Alemania. En lo que va del año, Gobiernos de todo el mundo han vendido US$ 67.500 millones en bonos verdes, lo que supera ya al total de US$ 37.500 millones en todo 2020, según datos compilados por Bloomberg Intelligence.
Tras el auge de las ventas, algunos inversionistas y analistas han planteado preguntas sobre qué tanto marcan la diferencia los valores al abordar problemas como la contaminación y el cambio climático. Los críticos condenan el lavado verde, un término utilizado para referirse a empresas o países que exageran los beneficios ambientales para aprovechar la enorme demanda, reducir los costos de los préstamos y reforzar su reputación.
En Colombia, que cuenta con la mayor biodiversidad por metro cuadrado de cualquier país del mundo, el Gobierno dice que tiene un marco establecido para garantizar que los fondos se destinen a proyectos de carácter ambiental.
“Colombia está comprometida con el crecimiento y el desarrollo sustentable”, se lee en una presentación a inversionistas.
Con la venta de este mes, Colombia habrá completado planes para emitir hasta 2 billones de pesos en bonos verdes este año. Las ofertas de bonos ASG del próximo año se realizarán en el segundo semestre, dijo Arias.
Mientras tanto, el Ministerio de Hacienda identificará proyectos que cumplan con las credenciales ambientales para ser financiados en el presupuesto de 2022, señaló.
“Estamos completamente enfocados en vender bonos verdes en el mercado local y en moneda local”, indicó Arias. “La idea de este primer ejercicio fue ganar visibilidad y fortalecer el sentido ambientalista de nuestra política fiscal”.