Pasar al contenido principal

ES / EN

Colombia: Un momento difícil para ser banco central
Domingo, Agosto 9, 2015 - 14:39

Por mandato constitucional, la misión principal del Banco de la República es mantener la inflación bajo control, por ello el Emisor se ha puesto como meta mantener el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en un rango entre 2% y 4%, siendo el 3% la meta puntual.

Bogotá. Y pese a las constantes fluctuaciones que hay cada año, esta entidad ha mostrado su credibilidad y ha cumplido con su objetivo en los últimos cinco años, un logro que lse ha dado tranquilidad a los ciudadanos y a los mercados del país.

Sin embargo, en el último año la misión del Banco de la República se ha complicado, pues se ha tenido que enfrentar al reto de manejar la política monetaria del país en medio de la crisis de los precios del petróleo, la devaluación de más de 50% que ha sufrido el peso colombiano y sobre todo en medio de la desaceleración económica que vive la nación.

En su última reunión, la junta del Banco de la República explicó que la menor dinámica en la oferta de alimentos y el incremento en el costo de las materias primas importadas explican en parte la aceleración de la inflación en Colombia. “Estamos viendo un incremento en este indicador, en parte por la devaluación y por un choque negativo en la oferta de los alimentos que ha elevado sus precios, y consideramos que este hecho es temporal y también por el encarecimiento de algunos insumos importados, que se traslada por la devaluación a los precios finales”, explicó el gerente del Emisor, José Darío Uribe.

En su reporte de inflación, Uribe destacó que los anteriores aspectos han desviado la meta en el Índice de Precios al Consumidor que tenía el banco central para llegar al 3%, en la que había estipulado un rango de control entre 2 y 4 por ciento. “Nuestro equipo técnico ve una inflación que en la actualidad puede estar muy cercana al 4,5% o levemente superior a esto, pero la proyección señala que la inflación caerá el año entrante y se acercará al 3%”, comentó el funcionario.

La realidad sobre la que advierte el gerente del Banco de la República ya se comienza a apreciar. De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la inflación en Colombia durante el mes de julio fue de 0,19%, ubicándose por encima de las expectativas del mercado dada la sorpresa en el grupo de vivienda, que presentó un incremento en sus precios de 0,58%. Esto implica que en los últimos doce meses el IPC acumula un crecimiento de 4,46%.

El IPC es un indicador que mide el cambio del costo de una canasta de bienes y servicios que toma como referencia el DANE. Actualmente los precios del grupo de vivienda representan el 30% del referente; le sigue el de alimentos con un 28% del total del índice y el restante 40% se reparte entre el rubro de transporte (15%), el de educación (6%) y el de otros gastos. Por ello las fluctuaciones en este referente son muchas veces definidas como el cambio en el costo de vida de los colombianos.

Por esta razón el incremento del rango de fluctuación de la inflación en Colombia, de la que advierte el Banco de la República, implica un crecimiento del costo de vida promedio en la población colombiana. De hecho esta dinámica se puede apreciar, ya que hay una buena porción de bienes de la canasta básica que se han encarecido en más de 4% durante el 2015.

Aunque con el reporte de julio el grupo de alimentos ya completa tres meses bajando de precio, en lo corrido del año este componente todavía presenta un encarecimiento de 4,96%, y sobresale el comportamiento de algunos productos como las hortalizas, que durante el 2015 han visto su valor de venta incrementarse en más de 13%. Además, los rubros de educación y comunicaciones acumulan una inflación en 2015 de 4,49% y 4,20%, respectivamente.

“Aunque se espera que la inflación comience a bajar en lo que resta del año, todavía existen factores que la podrían hacer subir. Debido a que el precio del dólar en Colombia está a punto de superar los $3.000, no se puede descartar que el IPC vuelva a tener un repunte, debido a que el mayor precio de la divisa encarece los bienes de la canasta básica que son importados. Además, todavía hay incertidumbre sobre lo que puede pasar por el fenómeno del Niño, pero es claro que tiene el potencial de agudizar la inflación”, explicó Juan David Ballén, analista de Casa de Bolsa.

Para Felipe Campos, gerente de investigaciones económicas de la comisionista Alianza Valores, “mientras el encarecimiento del dólar no afecte las expectativas de inflación, no debería haber intervención por parte del Banco de la República. No obstante, es necesario monitorear de cerca, porque el mercado podría comenzar a titubear si la tasa de cambio supera los $3.000”.

Autores

ELESPECTADOR.COM