El retroceso de las monedas locales contra el dólar y la baja de los precios de muchas de las materias primas que las naciones latinoamericanas exportan son los principales factores tras el declive.
Las exportaciones entre los países de América Latina se ha debilitado este año por efecto de una desaceleración de sus economías y de la fuerte depreciación de sus monedas, un escenario que refleja el malestar general que sufren los mercados emergentes en el mundo.
El comercio entre Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile y Perú -que juntos representan cerca del 87% de la producción económica de Latinoamérica- cayó un 15% interanual en el primer semestre del 2015 respecto a un año atrás, a US$34.900 millones.
El retroceso de las monedas locales contra el dólar y la baja de los precios de muchas de las materias primas que las naciones latinoamericanas exportan son los principales factores tras el declive.
Los volúmenes de comercio entre Brasil -una potencia comercial en la región- y el resto de América Latina, que crecieron un 9% en el 2014, han bajado este año un 1 por ciento hasta agosto, en la comparación anualizada.
Los envíos también se han hundido en Argentina y en otros países sudamericanos, de acuerdo a datos de oficinas de estadísticas compilados por Reuters.
La debilidad del comercio no es una circunstancia exclusiva de Latinoamérica. Los volúmenes comerciales globales cayeron por dos trimestres consecutivos en el primer semestre del 2015, la peor racha de este tipo desde la crisis financiera del 2008, de acuerdo a la oficina en Holanda para Análisis de Políticas Económicas, que monitoriza los envíos mundiales.
Algunos economistas, como Willem Buiter de Citi, consideran que la baja actividad comercial podría ser presagio de una recesión global el próximo año, especialmente ante el lento crecimiento de la economía de China.
En el caso de América Latina, los datos indican una floja demanda de sus productos, lo que limita el potencial efecto positivo de una fortaleza del dólar para los productores.
Fallas en integración
Las exportaciones de América Latina al resto del mundo cedieron un 9,1 por ciento en el primer trimestre en cifras en dólares, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Los envíos de México declinaron un 0,4%, mientras que las ventas de Brasil y Argentina se hundieron en cifras porcentuales de doble dígito.
"Latinoamérica ha sido la más afectada (por China) en comparación con cualquier otra región en el mundo", dijo Paolo Giordano, economista jefe de integración y comercio en el BID. "Esto también revela que Latinoamérica no se ha integrado tanto como debería", aseveró.
Giordano destacó que el descenso de las exportaciones latinoamericanas se produce luego de dos años de estancamiento, lo que da paso al peor periodo para el comercio regional desde la crisis del 2008.
Existen dos grandes bloques comerciales en la región: el Mercosur, una unión aduanera conformada por Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela; y la Alianza del Pacífico, que une a México, Colombia, Perú y Chile.
Los países de la Alianza del Pacífico han tomado medidas para reducir las tarifas arancelarias entre sus miembros desde que el bloque se formó en el 2011, pero los gobiernos más proteccionistas del Mercosur han avanzado con lentitud en este punto, lo que genera incentivos para que las naciones compren productos básicos a Estados Unidos u otros países.
Las expectativas de crecimiento económico han caído en toda la región. Sólo Perú y Colombia podrían expandirse más del 3% en el 2015, a tasas que de todas formas se ubican por debajo de su potencial estimado.
"El crecimiento en América Latina no retornará a las tasas vistas en los últimos 10 años. Se estabilizará en niveles más bajos", dijo Joao Pedro Resende, economista de Unibanco Holding SA, el mayor banco privado de la región.
El comercio entre Brasil y Argentina -considerados con creces como los dos mayores socios comerciales de la región- bajó un 17% en los primeros ocho meses del 2015 respecto al mismo periodo del año pasado, dado que la economía brasileña se encuentra sumida en su peor recesión en una generación.
El declive de la actividad comercial ha lastrado particularmente a la industria de autos de Argentina, costándole más de 5.000 empleos.