Olli Rehn, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios europeo, defendió el activismo del órgano ejecutivo de la Unión Europea respecto a las medidas de austeridad, que suelen ser acusadas de ahogar el crecimiento y el empleo.
Bruselas/Madrid. La crisis de deuda de la zona euro volvió a atacar al corazón de Europa este lunes, pese a una clara victoria electoral en España de los conservadores, comprometidos con una mayor austeridad fiscal.
Los socialistas españoles se convirtieron en el quinto gobierno del bloque monetario en caer a causa de la crisis de deuda este año. Portugal, Irlanda, Italia y Grecia les antecedieron.
Sin embargo, la mayoría absoluta del Partido Popular de centroderecha de Mariano Rajoy no dio ningún respiro a los mercados financieros, que se ven cada vez más alarmados por la ausencia de un freno efectivo al colapso de los mercados de deuda soberana.
Las primas de riesgo sobre los bonos gubernamentales españoles, italianos y franceses subieron porque los inversores buscaban refugio en la seguridad de los bonos alemanes, mientras que las acciones europeas caían más de un 2% luego de que Moody's advirtiera que la calificación crediticia de Francia enfrenta nuevos peligros.
"Esta crisis está golpeando el corazón de la zona euro. No deberíamos tener ilusiones al respecto", dijo el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios europeo, Olli Rehn.
Rehn defendió el activismo del órgano ejecutivo de la Unión Europea respecto a las medidas de austeridad, que suelen ser acusadas de ahogar el crecimiento y el empleo.
"Uno no puede simplemente construir una estrategia de crecimiento acumulando más deuda, cuando la capacidad de cumplir con la deuda actual es cuestionada por los mercados", dijo Rehn en un seminario en Bruselas. "No se puede obligar a los acreedores extranjeros a prestar más dinero, si no tienen la confianza para hacerlo", agregó.
Panorama de países afectados. En Grecia, el punto inicial de las turbulencias del mercado que ahora se sienten en todo el mundo, se han estado produciendo más enfrentamientos políticos que auguran una nube negra sobre el intento del nuevo primer ministro, el tecnócrata Lucas Papademos, de lograr la aprobación de los líderes europeos a los fondos de rescate.
Los costos de endeudamiento tanto para España como para Italia llegaron a niveles considerados insostenibles la semana pasada, antes de que el Banco Central Europeo interviniera para estabilizar al mercado.
Dos periódicos indicaron que el Consejo de Gobierno del BCE impuso un límite semanal de 20.000 millones de euros a las compras de bonos gubernamentales de la zona euro, una cifra que según analistas es menor a la necesaria para que actúe como un cortafuegos efectivo.
Calificación francesa en riesgo. La agencia calificadora Moody's dijo que una reciente alza en las tasas de interés de la deuda del gobierno francés y las menores perspectivas de crecimiento económico podrían ser negativas para la calificación crediticia de Francia.
"Si los elevados costos de endeudamiento persisten por un periodo prolongado, amplificarían los desafíos fiscales que enfrenta el Gobierno francés en medio de un deteriorado panorama de crecimiento, con consecuencias crediticias negativas", dijo el analista crediticio Alexander Kockerbeck en el Moody's Weekly Credit Outlook, fechado el 21 de noviembre.
Una portavoz del gobierno de Francia reafirmó este lunes que París no aplicará un tercer paquete de ahorro presupuestario, pese a la presión del mercado sobre su costo de crédito.
El presidente de Goldman Sachs Asset Management, Jim O'Neill, dijo que la crisis de la zona euro había alcanzado un punto donde "se tienen que tomar grandes decisiones bastante rápido".
"No es obvio para mí que la zona euro pueda subsistir sin Italia. Tampoco me es obvio que Italia pueda sobrevivir con rendimientos de bonos del 6% y 7%, por lo que algo hay que hacer bastante rápido. O los rendimientos de los bonos italianos se bajan rápidamente o la zona euro tendrá graves problemas", agregó en una conferencia en Gran Bretaña.
El ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager, uno de los más cercanos aliados de Berlín, admitió que la zona euro podría escindirse.
Al ser consultado por si un quiebre de la zona euro podría causar una depresión económica, dijo a la radio BNR: "esta podría ser una consecuencia de la desintegración de la zona euro, eso es correcto".
"Uno nunca sabe con seguridad, pero es un resultado probable de que la zona euro se desintegre. Por tanto, todos nuestros esfuerzos son para evitar ese escenario", agregó De Jager.