El comisario europeo a cargo de la regulación financiera señaló que el sector bancario de la Comisión de la UE considera la supervisión centralizada de los 6.000 prestamistas de la zona euro, pequeños o grandes, aunque la regulación sobre temas de coyuntura diaria, como elementos de protección al consumidor, permanecerían bajo autoridad nacional.
La Comisión Europea hizo un llamado este sábado para establecer rápidamente una supervisión conjunta a los bancos de la zona euro, otra medida en los esfuerzos para afrontar la crisis de deuda luego que el banco central del bloque aprobara planes para comprar bonos de los Estados miembros en dificultades.
Michel Barnier, el comisario europeo a cargo de la regulación financiera, dijo en una entrevista con Reuters que la supervisión bancaria de la zona euro debía ser introducida en enero próximo, pese a las reservas de Alemania.
En declaraciones en la misma conferencia a orillas del Lago Como en el norte de Italia, el comisario de Asuntos Económicos de la UE, Olli Rehn, afirmó que los términos y condiciones vinculados al plan de compra de bonos del BCE estaría basado en recomendaciones ya existentes para países como España e Italia.
Rehn pareció respaldar las afirmaciones de Benoit Coeure, miembro del consejo de gobierno del BCE, quien dijo a radio France Inter que los países que soliciten ayuda con la compra de bonos no necesariamente tendrían que realizar recortes fiscales adicionales, una gran preocupación para Italia y España donde los programas de austeridad han agravado la recesión.
La idea es que el nuevo programa no "apile más austeridad sobre austeridad", manifestó.
Barnier señaló que el sector bancario de la Comisión de la UE considera la supervisión centralizada de los 6.000 prestamistas de la zona euro, pequeños o grandes, aunque la regulación sobre temas de coyuntura diaria, como elementos de protección al consumidor, permanecerían bajo autoridad nacional.
"Sabemos que todos los bancos pueden causar problemas. Por esta razón la lógica de nuestras propuestas y pedidos a los jefes de Estado de la zona euro es tener una supervisión creíble para cada banco del bloque", dijo Barnier al margen de la reunión de ejecutivos y banqueros centrales en Cernobbio.
Preocupación alemana. "Alemania expresó preocupaciones que podemos entender. Ellos son los mayores financistas", dijo, aunque añadió que esperaba que Berlín de todas formas apoyara el plan, puesto que favorecía una fuerte regulación a los bancos.
Los ministros de Finanzas de la UE se reúnen en Chipre la semana próxima para discutir cómo implementar la supervisión bancaria centralizada.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, ha manifestado cautela al respecto al decir que el Banco Central Europeo sólo debería vigilar a los grandes prestamistas. También ha expresado dudas respecto a que la UE pueda establecer el mecanismo para enero de 2013.
Sin embargo, Barnier dijo que la creación de una supervisión conjunta en apenas un año era "necesaria y posible".
El presidente del Banco Central Europeo, reveló planes este jueves para compras potencialmente ilimitadas de bonos con vencimientos de hasta tres años emitidos por naciones en dificultades, a fin de ayudarles a reducir sus elevados costos de financiamiento.
Los beneficios del programa estarán acompañados por estrictas condiciones de política doméstica.
Pero Rehn dijo que las condiciones estarían basadas en recomendaciones ya existentes y detalladas para los países, agregando que "tendrían que incluir cada objetivo específico y un calendario sobre el cumplimiento de las metas".
Ningún país ha pedido todavía ayuda del plan del BCE para reducir sus rendimientos de deuda.
El ministro italiano de Economía, Vittorio Grilli, dijo a periodistas en Cernobbio que Italia no tenía intención de solicitar asistencia.
"No tenemos planes de pedir ayuda de esta clase de programas. No tenemos necesidad alguna en absoluto", sostuvo.
Existen preocupaciones dentro y fuera de Italia de que un nuevo Gobierno, que será electo en la próxima primavera boreal, reniegue de algunas de las dolorosas reformas impuestas por la administración tecnócrata de Mario Monti.
El actual Gobierno está tratando de generar cambios permanentes en Italia para evitar que cualquier reforma sea revertida por un nuevo líder, dado que los políticos están sumamente preocupados por la oposición pública a las reformas económicas.
Monti dijo este sábado que pidió a los jefes de Estado de la Unión Europea que realicen su próxima reunión en Roma para abordar el creciente populismo y el sentimiento anti euro en el bloque.