Analistas afirmaron que la reconversión monetaria anunciada por el gobierno de NIcolás Maduro es una medida aislada que no atiende la hiperinflación, que para ser detenida requiere de un plan amplio de reformas económicas.
Caracas. ¿Cómo se le bajan tres ceros al precio de la gasolina?, es una de las preguntas que se hacían muchos venezolanos desconfiados tras las medidas de reconversión de la moneda y de emisión de nuevos billetes anunciadas por el presidente Nicolás Maduro.
Un litro de gasolina premium a seis milésimas de bolívar. Será la respuesta desde el 4 de junio y, aunque efectivamente no cambia el valor del litro de la gasolina más barata del mundo equivalente a US$0,01 al tipo de cambio oficial, dudas como esa llenan las redes sociales en el país petrolero sudamericano.
Y surgen coincidencias como que esas medidas son "puro maquillaje" y no resuelven el grave problema de hiperinflación que ha derivado en la escasez de efectivo para las transacciones diarias en un país en recesión y con un poder adquisitivo cada vez más golpeado.
"No veo como una solución quitar los ceros, es puro maquillaje", dijo a Reuters Alejandro Espinoza, de 67 años, un vendedor de vallas publicitarias mientras caminaba a una reunión de trabajo.
Maduro anunció este jueves en la noche la eliminación de tres ceros al bolívar y una nueva familia de monedas -de 50 céntimos y un bolívar- y de billetes -desde dos hasta 500 bolívares- y dijo que entrarán en circulación desde el 4 de junio, dos semanas después de unos cuestionados comicios presidenciales en los que aspira ganar la reelección.
Al hacer el anuncio explicó que la decisión garantizará las actividades comerciales y monetarias en el país. ¡Defenderemos nuestro Bolívar!", enfatizó el mandatario, quien dice que su gobierno es víctima de una guerra económica orquestada desde el exterior que busca sacarlo del poder y hundir a Venezuela.
El vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, subrayó el viernes que todos los billetes del cono monetario actual perderán su valor y no podrán ser canjeados una vez entre en vigencia la reconversión. Asimismo pidió al sector público y privado iniciar la adecuación tecnológica para su aplicación.
En el 2016, Maduro intentó sacar de circulación por unos días el billete de 100 bolívares, el de más alta denominación para entonces, acusando al Gobierno de Colombia de impulsar el contrabando de papel moneda para causar caos. Pero, ante la falta de efectivo, retrasó la medida y no la logró aplicar.
"Medida cosmética". La oposición acusa a Maduro de dirigir mal a una de las economías que llegó a ser una de las más fuertes de América Latina y que tiene las mayores reservas de crudo pesado del mundo, y de la cual ahora huyen los venezolanos hacia otros países en busca de una mejor calidad de vida y cierran empresas casi a diario.
"Un Gobierno autoritario hace todo lo que le da la gana. Esto no va a parar la inflación", dijo a Reuters José Vásquez, de 46 años, un vendedor ambulante de café caliente en la salida de una estación del metro en el este de Caracas.
Al término del 2017, el Banco Central aumentó el volumen de billetes en un 14%, menos de la mitad que un año antes y una cantidad insuficiente cuando la inflación anual alcanzó 2.616% por primera vez en la historia, según una medición del Congreso opositor y única data disponible.
Analistas afirmaron que la reconversión monetaria es una medida aislada que no atiende la hiperinflación, que para ser detenida requiere de un plan amplio de reformas económicas.
"Es una medida cosmética, que no va al problema de fondo", dijo a Reuters el economista y director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros. "Es un ganar algo de tiempo, al cabo de pocos meses vas a tener que seguir emitiendo nuevos billetes o decidir quitarle más ceros a la moneda", agregó.
El diputado opositor y miembro de la Comisión de Finanzas, José Guerra, coincidió en que el nuevo cono monetario será inservible en un año cuando el país enfrenta una inflación promedio mensual del 50% desde junio.
"Para qué gastar estos US$30 millones imprimiendo los billetes que no van a tener valor", afirmó Guerra, quien favorece un "plan económico más fuerte".