Concepción, Antioquia, se convirtió en el primer municipio de Colombia en decirles adiós a los billetes y darle la bienvenida al dinero digital.
Cada vez es más común escuchar políticas de inclusión financiera en la mayoría de países del mundo en donde predomina la teoría del menor uso del efectivo y el mayor uso de transacciones digitales. Pero poco o nada se había oído de que un pueblo, y menos colombiano, les llevara la delantera a grandes naciones como Dinamarca, en donde se ha propuesto desde el parlamento que a partir del 2016 se prohíba el pago en efectivo en algunos establecimientos comerciales.
El municipio de Concepción, o La Concha, como familiarmente se le conoce a este poblado antioqueño, es como lo reseña su eslogan: una “tierra acogedora donde nadie es forastero”, porque hasta el más gringo podrá pagar su estadía sin necesidad de usar efectivo, gracias a que se ha convertido en la primera población de Colombia en donde sus habitantes han dejado atrás el uso frecuente del efectivo y prefieren los pagos electrónicos.
Se trata de un programa piloto liderado por la Banca de las Oportunidades, con apoyo estatal de inversión administrado por el Banco de Comercio Exterior (Bancóldex), que tiene como objetivo promover el acceso de servicios financieros a familias en pobreza y hogares no bancarizados. También apoyan la Asobancaria y el Banco Davivienda. Así, los habitantes del sector urbano y algunos del sector rural usan los teléfonos celulares para hacer sus pagos.
Es paradójico que este municipio, en el que el 90% de los establecimientos comerciales están habilitados para realizar pagos con banca móvil, muy del siglo XXI, tenga vías de acceso del siglo XIX, porque para llegar desde Medellín, en un recorrido de más de dos horas en colectivo, la carretera pavimentada llega hasta San Vicente, un municipio vecino, y a partir de ahí lo que viene es destapado. Otro acceso es por Barbosa, una trocha que en épocas de invierno es peligrosa de transitar.
“Todo proyecto trae beneficios, pero a la vez trae dificultades”, dijo Gustavo Alonso López, el alcalde de Concepción, quien aseguró que gracias al proyecto, el municipio cuenta con un cajero automático, sin embargo hay una paradoja: “la dificultad es que la señal de celular no es muy buena, acá sólo están presentes Claro y Movistar y la señal es muy mala. De igual manera tenemos dificultades con Tigo, porque la señal no entra”, dijo.
Para Uriel Avendaño, un conductor de mototaxi, el pago de sus carreras con el celular ha sido una experiencia sin dificultades. “Me ha parecido muy fácil recibirles a los pasajeros el pago por el celular; yo solo tengo que darles mi número de teléfono y listo, me llega un mensaje de texto diciendo que los dos mil pesitos de la carrera están en mi cuenta. Y ya no tengo que cargar con billetes”.
Desde el punto de vista de la banca, a través del uso frecuente del dinero electrónico los usuarios podrán acceder a créditos de manera más fácil. “Queda el registro en el banco y con base en esto todas las entidades financieras podremos empezar a prestarles mejores servicios a estas familias para que no tengan que recurrir a ‘cuentagotas’ con tasas altas y arriesgando su seguridad”, manifestó Efraín Forero, presidente de Davivienda.
Los habitantes de La Concha han ido perdiendo de su memoria las caras de los personajes que aparecen en los billetes de nuestro país. Es el caso de Nora Marín, una señora de aproximadamente 55 años y quien representa un grupo de mujeres que procesan la pulpa de la guayaba. Ella no recuerda que el señor de bigote que aparece en el billete de $20.000 es Julio Garavito, un astrónomo matemático e ingeniero colombiano, pero sí sabe a la perfección cómo ingresar a la aplicación de su banco para recibir el pago de su bocadillo y conservas y sin pena les enseña a sus clientes cómo hacer la transacción.
El alcalde de Concepción se convirtió en el ejemplo de seguridad de este tipo de billetera virtual. “Yo fui al municipio de Rionegro para reclamar un dinero importante del municipio y los ladrones pensaron que ese dinero lo tenía en el carro, pero no se pudieron llevar nada porque lo tenía en el celular. Claro, el aparato se lo llevaron, pero la platica sigue en la cuenta”, explicó.