El plan establece una reducción de 17 billones de pesos (US$6.504 millones) frente al original ante las expectativas de los menores recursos provenientes de la industria de hidrocarburos.
Bogotá. El Congreso de Colombia aprobó en primer debate el Plan Nacional de Desarrollo, la hoja de ruta del Gobierno para los próximos cuatro años, que establece inversiones por 703,9 billones de pesos (US$269.344 millones), en medio de un escenario de desaceleración económica por la caída de los flujos petroleros.
El plan establece una reducción de 17 billones de pesos (US$6.504 millones) frente al original ante las expectativas de los menores recursos provenientes de la industria de hidrocarburos.
"Es un programa responsable en materia de recursos, viene acomodado a las nuevas realidades fiscales, especialmente después de la disminución de los precios del petróleo", dijo el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, a periodistas, el jueves en la noche.
El plan de desarrollo contempla medidas como la agilización en el trámite de las licencias ambientales, imponiendo un máximo de 120 días para su aprobación, un punto clave para impulsar la exploración y producción minera y petrolera.
Además incluye normas que buscan avanzar en la delimitación de páramos y zonas de reserva y se establece un régimen flexible de regalías que permitirá una menor tarifa a las petroleras a la nueva producción.
"La idea con las medidas que están en el plan es que podamos mantener la producción petrolera alrededor del millón de barriles durante los cuatro años de Gobierno", aseguró a Reuters el ministro de Minas y Energía, Tomás González.
Ahora la iniciativa tendrá que ser aprobada por las plenarias del Senado y la Cámara de Representantes antes de finalizar mayo.
Adicionalmente, el plan busca impulsar los proyectos de infraestructura de cuarta generación en un programa valorado en unos US$25.000 millones, clave para incentivar el crecimiento del país andino calculado por encima del 4 por ciento entre el 2015 y el 2018.
No obstante, analistas estiman que la cuarta mayor economía de América Latina se desacelerará a un ritmo cercano al 3,5% este y el próximo año, desde el 4,6% que alcanzó en el 2014.