El inversor debe analizar de dónde proviene el crecimiento, si es por aumentos de precios, de volumen, por una mejor posición de mercado, nuevos productos o por adquisiciones.
Sala de Inversión. Ingresar al mercado accionario siempre es una elección compleja. La elección de la compañía no es una tarea fácil. El ejercicio en sí es una operación que supone diversos riesgos, se debe ser cauteloso a la hora de decidir dónde invertir. Sin embargo, a pesar de que existen diversas variables a considerar, la tasa de crecimiento es una arista vital a la hora de elegir.
En relación a lo anterior, la facturación de la empresa y el aumento de las ganancias de la compañía, son variables que algunos expertos consideran importantes. Se podría inferir entonces, que uno de estos factores derivaría al otro, permitiendo el crecimiento del resultado operativo, así mismo como el EBITDA y el resultado neto en términos absolutos en el caso de una reducción del costo medio de cada bien o servicio.
También, subiría el cash flow operativo y, si mantiene la inversión, se incrementaría el flujo de caja libre disponible para la empresa para distintos usos (recomprar acciones, repartir dividendos o pagar deuda).Independientemente de a qué variable específica se está refiriendo, la fórmula es una de las variables favoritas de los mercados porque se prioriza muchas veces como criterio definitorio a la hora de hacer el “stock-picking” a aquellas empresas que crecen rápido.
Pero no es fácil mantener un crecimiento elevado durante muchos años: cuando una empresa sin grandes barreras a la entrada en su sector o gama de productos muestra una fuerte expansión, la acumulación de beneficios termina atrayendo a la competencia, por lo que los márgenes terminan reduciéndose con el tiempo y, posiblemente, también su porción de mercado (market share).
Nunca se debe cometer el error de tomar el crecimiento pasado y proyectarlo linealmente al futuro. Las firmas, con el tiempo, se expanden y la “ley de los grandes números” se aplica, es decir, no pueden hacerlo en forma indefinida a la misma tasa, sino que se hacen más grandes y cada vez cuesta alcanzar un ratio similar.
Se deben analizar y entender las fuentes y la calidad de su evolución para tener una verdadera idea de si es sustentable y si podría mantenerlo en el futuro. Es la parte básica del estudio de cualquier compañía: los fundamentals descansan en gran parte en esa variable.
En el largo plazo, para que el crecimiento sea sustentable, debe provenir de incrementos en las ventas. Si bien es una señal positiva el incremento de sus beneficios mediante el recorte de sus gastos, existe un límite para esta estrategia: es imposible seguir reduciéndolos infinitamente.
Para medir esto, se usa la tasa de crecimiento anual compuesta (compound average gross rate ó CAGR), que determina la ganancia anualizada lisa de una inversión sobre un período dado de tiempo (generalmente es de tres años).
Esta incluye el ejercicio previo (conocido), el actual aún no cerrado proyectado (en parte conocido y en parte es estimado) y el siguiente (proyectado). Puede ser anual o bien un período fiscal (que, en muchos casos, coincide con el primero).
La CAGR se usa para evitar calcular las medias aritméticas que son un simple promedio y siempre será inferior a la tasa aritmética porque capitaliza los sucesivos incrementos de un período a otro. Su fórmula es la siguiente:
Siendo V (to): valor inicial, V (tn) : valor final, y tn-to: número de años. Para esto, se pueden usar variables reales tal como aparecen en el balance o se proyectan o bien valores normalizados para depurar las cifras de algunos efectos negativos.
El CAGR se expresa en términos porcentuales pero, también, se la puede escribir en términos decimales: 2% se convierte en 1,02 y 5% en 1,05, y se refiere en todos los casos al cambio de un período a otro.
Es decir una empresa que crece al 5% en cada uno de los tres años lo hace a una tasa aritmética anual del 5%, pero a una tasa anual compuesta geométrica entre puntas menor porque capitaliza y parte de una base siempre mayor.
El inversor debe analizar de dónde proviene el crecimiento, si es por aumentos de precios, de volumen, por una mejor posición de mercado, nuevos productos o por adquisiciones. Una compañía suele hacerlo a través de tres maneras.
Por un lado, puede vender una mayor cantidad de productos o servicios, que es la manera más genuina de expandirse. También, puede aumentar los precios o los márgenes sin que sea más compensado por las externalidades negativas sobre las cantidades negociadas y, finalmente, lo puede lograr a través de fusiones y adquisiciones, es decir en forma no orgánica.