El Parlamento de Grecia votará el viernes si apoya o no la nueva propuesta del Ejecutivo, y dos figuras del partido gobernante Syriza expresaron su optimismo el viernes sobre asegurarse el respaldo parlamentario.
Los griegos despertaron este viernes esperando que su Gobierno selle finalmente un acuerdo de reformas a cambio de dinero con sus acreedores internacionales, después de que el primer ministro, Alexis Tsipras, ofreció concesiones de último minuto para tratar de salvar al país de la quiebra.
El Parlamento de Grecia votará el viernes si apoya o no la nueva propuesta del Ejecutivo, y dos figuras del partido gobernante Syriza expresaron su optimismo el viernes sobre asegurarse el respaldo parlamentario.
Los acreedores aún no han comentado la última oferta, que incluye planes de más aumentos de impuestos y reformas a las pensiones. El apoyo de los acreedores es crucial para que los líderes de la zona euro respalden la propuesta en una cumbre el domingo.
Antes de que eso suceda, los ministros de Finanzas de los 19 países que comparten el euro se reunirán el sábado para decidir si recomiendan abrir las negociaciones sobre un tercer programa de rescate para Atenas pese a la exasperación extendida ante la crisis de deuda griega de cinco años.
Los mercados europeos recibían la noticia con avances.
Grecia pidió 53.500 millones de euros para ayudar a cubrir su deuda hasta el 2018, una revisión de sus objetivos de superávit primario a la vista del deterioro de su economía y un "reperfilamiento" de la deuda a largo plazo.
Pero el plan podría causar problemas a Tsipras en casa desde el ala de línea dura de su propio partido y de su socio nacionalista en la coalición de Gobierno. Un hipotético acuerdo también tendría que aprobarse en otros parlamentos nacionales, incluido el alemán, donde la disposición a dar más dinero a Grecia ha disminuido.
Tsipras pidió el viernes a sus diputados de Syriza que respalden su plan de "acciones prioritarias", unas medidas que su Gobierno tomaría si convence a los acreedores con su propuesta y logra un primer desembolso.
Consultado sobre si habría acuerdo en el Parlamento, el portavoz de Syriza Nikos Filis dijo a la prensa: "Ciertamente. Hoy hablamos en el Parlamento".
El ministro del Interior griego, Nikos Voutsis, también se mostró optimista de que se alcance un buen acuerdo para Atenas.
"LA ELECCIÓN ADECUADA"
Grecia ofreció nuevas medidas, como un alza en los impuestos a las compañías navieras y el fin de las exenciones a sus islas, en la propuesta enviada a los acreedores. El Gobierno también planea elevar el IVA a los restoranes, introducir reformas a las pensiones y un calendario de privatizaciones.
"El primer ministro parece haber tomado la elección adecuada entre su partido y los intereses de Grecia", dijo una editorial del diario de centroderecha Kathimerini.
"Su decisión de aceptar un duro paquete de medidas asegurará que el país siga en el euro. No es el momento de quejarse y evaluar el daño, lo más importante es asegurar los intereses del país y su lugar en la zona euro", agregó.
Los bancos griegos han estado cerrados desde el 29 de junio, cuando el Gobierno impuso controles de capital y racionamientos a los retiros de dinero tras el colapso de las conversaciones previas por un rescate.
El día siguiente Grecia no pagó una parte de su deuda con el FMI y ahora se enfrenta a otro vencimiento crítico el 20 de julio de 3.490 millones de euros en bonos del BCE, algo que no puede cubrir sin ayuda.
Grecia ya tuvo dos rescates por valor de 240.000 millones de euros de la zona euro y el FMI, pero su economía se ha contraído en una cuarta parte, el desempleo supera el 25 por ciento y uno de cada dos jóvenes no tiene trabajo.
Alemania, el mayor acreedor de Atenas, reconoció el jueves que Grecia necesitaría una reestructuración de su deuda como parte de cualquier nuevo programa de préstamos para que su economía sea viable a medio plazo.
"Lo que es más importante es que el paquete de medidas tenga la aprobación del Parlamento, no sólo de los dos partidos en el poder, sino de los otros tres partidos proeuropeos de la oposición - Nueva Democracia, Potami y PASOK", dijo el diario griego Ethnos.
"Es un consenso que se ha retrasado cinco años, costando mucho al pueblo. Pero lo que cuenta realmente es que se produjo al fin, quizás en el momento más apropiado", dijo.