Para tener éxito en la inversión en acciones, una compañía debe buscar mucho más que obtener una ventaja parcial. La clave radica en hacer sostenible el crecimiento.
Sala de inversión. Muchos factores pueden intervenir a la hora de invertir: la volatilidad de las divisas, el panorama económico mundial, el conocimiento de los mercados, etc. No obstante, a la hora de escoger el principal, sólo uno asoma como candidato: "la ventaja competitiva sustentable". Al menos así lo expresó el magnate Warren Buffett. No había duda para él, la capacidad de una empresa para sostener sus ganancias frente a la presión de la competencia en el largo plazo, es lo principal a la hora de invertir.
De hecho, las compañias que innovan y tienen la capacidad de diferenciarse de sus competidores y de esa forma obtener mayor rentabilidad en el negocio, son las más exitosas a largo plazo, las que se hacen más sustentables.
Las marcas son una herramienta muy poderosa para construir ventajas competitivas. Coca-Cola (KO), por ejemplo, obtiene mayores ventas y ganancias en base a este valor y el reconocimiento de los consumidores.
En muchos casos, esto ayuda a construir beneficios adicionales. Esta empresa fue ganando mercado en el mundo gracias a la fuerza de su marca, lo que le permitió establecer una red de distribución global superior a la de competidores más pequeños.
A su vez, cuando la compañía quiere lanzar un nuevo producto, cuenta con una gigantesca red de distribución que puede convertirse en un factor de éxito decisivo, que los demás no tienen.
Casos como Mc Donald´s (SBUX) o Starbucks (SBUX) también se protegen por diferentes vías. Al fuerte valor de sus marcas le agregan el tener locales en las esquinas más transitadas del planeta, un activo difícil de replicar. La ubicación de sus negocios es un factor central en esa industria, y las firmas más deseadas las consiguen con mayor facilidad.
Las ventajas competitivas también pueden basarse en superioridades tecnológicas, que son muy importantes cuando se encuentran protegidas por patentes para que sus rivales no las repliquen.
No es extraño entonces que se produzcan habitualmente batallas legales de gran relevancia entre los grandes jugadores de esta industria como son Apple (AAPL), Samsung, Google (GOOG) o Microsoft (MSFT).
La propiedad intelectual también puede ser fuente de importantes ventajas competitivas, Disney (DIS), por ejemplo, tiene los derechos de propiedad sobre muchos de los personajes de ficción más populares de la historia.
Esto le permite rentabilizar esta imagen mediante películas, programas de TV, parques de diversiones, merchandising, shows en vivo o juegos electrónicos entre otras posibilidades. En este caso, la salud financiera de esta compañía se basa, en buena medida, en los derechos sobre Mickey Mouse o el Hombre Araña.
Son muy potentes las ventajas competitivas cuando surgen de la superioridad en costos, especialmente, en industrias como el comercio minorista. Empresas como Wall Mart (WMT) o Costco (COST) aprovechan su gran escala de negocio para obtener mejores precios y condiciones en los productos que ofrecen a sus clientes.
Al ser más baratos que su competidores, logran incrementar el volumen de negocios, lo que le permite seguir reduciendo los costos por unidad vendida. Esto también se da en modelos innovadores como el de Amazon (AMZN), que logró posicionarse como el líder del comercio minorista online en los EE.UU. gracias a la eficiencia de sus operaciones y la calidad de sus tecnologías.
Este rubro tiene naturalmente menores costos en ítems como inventario, mano de obra, alquileres, etc., lo que le permite ofrecer precios bajos y ganar mucho volumen en los últimos años.
Más allá de esto, ninguna empresa es inmune ante los vaivenes de la economía y las fluctuaciones en los niveles de demanda. Sin embargo, cuando cuenta con fuertes ventajas competitivas, le permite atravesar con éxito los problemas transitorios y seguir ofreciendo valor agregado a clientes y accionistas con el paso del tiempo.
Se han realizado estudios académicos para demostrar en la práctica la importancia de estos conceptos, y las firmas que los tienen, tienden a brindar mejores retornos y un riesgo menor de pérdidas importantes. En definitiva, elegir buenas acciones a largo plazo no es otra cosa que elegir buenas empresas.