El reto está en generar beneficios para la economía a través de promover el libre comercio, la transferencia de recursos, capitales y conocimientos, con el fin de obtener incrementos en nuestros indicadores económicos. En contrapartida, existen importantes desequilibrios en los sectores agrícolas de ambos países.
Lo bueno. Generar beneficios, el reto. Los procesos de tratados de libre comercio, como el aprobado por el Congreso de Estados Unidos, confieren a las economías una dinámica importante y son una fuente de beneficios empresariales a mediano y largo plazo. Existen sectores que se verán perjudicados, pero otros tendrán oportunidades inmensas.
El reto está en generar beneficios para la economía a través de promover el libre comercio, la transferencia de recursos, capitales y conocimientos, con el fin de obtener incrementos en nuestros indicadores económicos.
Los retos que se plantean para sectores como el agrícola, industrial o servicios, entre otros, deben ser tomados como oportunidades para el mejoramiento en la competitividad y calidad de los bienes o servicios que desarrollamos localmente. Tenemos una inmensidad de recursos y de capacidad productiva que debemos administrar de manera inteligente para tener acceso a un mercado de más de 300 millones de habitantes.
Es importante para los empresarios ver las oportunidades a través de la adaptación al nuevo mercado, con procesos productivos más modernos y eficaces.
Estos procesos traen consigo ajustes en temas como capacidad de gestión, productividad, competitividad, eficiencia y profesionalismo del recurso humano, que al final redundarán en bienestar para la población.
*Henry Bradford, vicerrector del Colegio de Estudios Superiores de Administración.
Lo malo. Puntos negativos del TLC. Existen desequilibrios entre los subsidios que recibe el sector agrícola colombiano y los que tienen los agricultores en Estados Unidos. No están muy definidos los mecanismos de protección a este sector.
Algunos productos agrícolas no tienen un componente de valor agregado que los haga atractivos en el mercado norteamericano; ello significaría que éstos no jalonarían empleo calificado.
Algunos sectores del empresariado nacional que producen manufactura podrían verse afectados por productos que son gerenciados desde Estados Unidos, pero fabricados en China con menores costos.
Puede existir una distancia mayor entre empleos calificados y no calificados, debido a que algunos sectores de manufactura podrían obtener una demanda mayor respecto a sectores donde el valor agregado no es tan indispensable.
A pesar de que Colombia está entrando en una bonanza minero-energética, estos productos se exportan sin mayor valor agregado, lo que hace que se procesen en países industrializados demandando mayor empleo calificado en estas latitudes y condenando a Colombia a ser exportador de productos básicos, y al mismo tiempo generando poco empleo calificado. Esta situación se podría repetir en el sector agrícola si no se implementan políticas articuladas con la investigación, innovación y educación.