Isagén, Canacol Energy y Ecopetrol han tenido que pagar cifras millonarias en impuestos este año.
La temporada de reportes financieros del primer trimestre de 2015 ha servido para vislumbrar los primeros efectos de la polémica reforma tributaria aprobada a finales de 2014. El sector de minas y energía ha sido uno de los primeros que han permitido cuantificar la nueva carga fiscal que tienen que afrontar las grandes empresas del país.
La reforma, que se aprobó con el fin de cubrir los $12,5 billones (US$4.846M) que faltaban en el presupuesto general de 2015, entró en rigor en un momento difícil para el sector minero-energético a causa de la diferencia entre los precios de crudo de hace un año —por encima de los US$100— y los actuales —promedia los US$60—. Por esta razón en los reportes financieros de algunas de las principales compañías del país es evidente que la carga fiscal de este año ha desmejorado los resultados y en otros casos los ha agudizado.
Aunque Isagén es una de las compañías que lideran el sector por sus buenos resultados financieros, este año se ha visto afectada por los cambios hechos por la anterior reforma tributaria. El impuesto a la riqueza, la sobretasa al CREE y el impuesto diferido le costaron en conjunto a la hidroeléctrica más de $50.000 millones durante el primer trimestre de 2015, provocando que durante este período la estatal registrara un decrecimiento en su beneficio neto e impidiendo que aumentara su utilidad operacional en 42,2% y que su Ebitda registrara una variación positiva de 56%.
Por su parte, Canacol Energy reportó una pérdida neta de US$15.600 millones para el primer trimestre de este año, comparado con una ganancia neta de US$19.400 millones para el mismo período de 2014. “Este resultado se puede explicar por un gasto por impuestos diferidos no en efectivo de US$4,7 millones, aproximadamente $12.116 millones bajo la tasa de cambio actual. Por otro lado, US$9 millones son atribuibles a la significativa devaluación del peso colombiano frente al dólar, así como un gasto por agotamiento y depreciación no en efectivo, el cual resultó en una pérdida neta de $12,3 millones en el primer trimestre de 2015”, explicó Ómar Suárez, analista de Alianza Valores.
Pacific Rubiales no fue la excepción. La petrolera sufrió las consecuencias de la devaluación del peso colombiano y de los bajos precios del petróleo en sus balances que la llevaron a registrar una utilidad neta negativa del orden de $722 millones, además “se observó que la canadiense tuvo que pagar US$21,4 millones en tan solo el impuesto a la renta. Sin embargo, y tal como le pasó a Ecopétrol, esto se debió en gran parte porque sus cálculos contables se hicieron bajo renta presuntiva que contemplaba una cotización del crudo mucho más alta y una tasa cambio más baja”, agregó Suarez.
La reforma tributaria comenzó a hacerse presente en Ecopetrol, ya que el impuesto a la riqueza le costó a la estatal $612.000 millones tan sólo en el primer trimestre de 2015, lo que elevó el gasto operacional de $931.000 millones entre enero y marzo de 2014 a $1,4 billones en igual período de este año. Una carga fiscal que no llega en el mejor momento ya que la iguana informó que su utilidad neta pasó de $3,88 billones a $160.000 millones de un período a otro, implicando una reducción de 96%.
Con las cifras preliminares del impacto de la reforma tributaria en el sector minero-energético, la expectativa se centra ahora en los informes financieros de las entidades bancarias que faltan por reportar, porque Bancolombia llamó la atención al anunciar que tuvo que pagar $162 mil millones por concepto de impuesto a la riqueza en primer trimestre de 2015. “Aunque se debería apreciar un impacto significativo, los bancos que tengan mayor diversificación por medio de activos en el exterior no deberían registrar tanto desgaste como las compañías petroleras, ya que no cuentan con el mismo nivel de patrimonio”, explicó Camilo Silva, director de análisis técnico de Valora Inversiones.