Expertos aseguran que el gobierno boliviano debe preocuparse por racionalizar el gasto fiscal y que la inversión "sea de carácter productiva", además de potenciar la producción nacional y generar incentivos para la atracción de inversión extranjera.
La Paz. El control del gasto fiscal es uno de los tres principales aspectos de la economía boliviana que el Gobierno debe trabajar el próximo año, coinciden líderes del empresariado privado y analistas.
Otros desafíos que deben ser abordados ineludiblemente en 2018 son el potenciamiento de la producción nacional y la generación de incentivos para la atracción de inversión extranjera.
“La primera cosa es preocuparse en que el gasto fiscal sea racionalizado”, alertó el director de la Fundación Jubileo, Juan Carlos Núñez, con quien coinciden el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas, el expresidente del Banco Central de Bolivia Juan Antonio Morales y el economista Roberto Laserna.
“Deberíamos preocuparnos más por que la inversión sea de carácter productivo. Ahora que tenemos menos recursos (eso) es fundamental”, dijo Núñez.“El déficit fiscal está en niveles muy elevados” y “si bien es un reto mantener la taza de crecimiento” del país, “no se lo puede hacer a costa de déficit tan altos”, sostuvo a su vez Morales.
“En 2018 la economía estará peor que en 2017. Estamos con un déficit fiscal muy alto respecto al Producto Interno Bruto (PIB), por lo menos lo que ha programado el Gobierno es altísimo, casi una quinta parte de los gastos fiscales no tienen financiamiento”, consideró Laserna.
“Si los crecientes déficits fiscal y comercial no se controlan pueden generar graves distorsiones” en el país, por lo que el principal desafío para el siguiente año es “estabilizar los desbalances macroeconómicos y disminuir el déficit fiscal”, aseveró Nostas.
Otro problema que se debe “superar” en 2018 es “el estancamiento” de la actividad empresarial, según el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Marco Antonio Salinas.
“Hay que revertir esa tendencia. El Gobierno trabaja mucho la demanda interna como motor de la economía, es momento de que las empresas empiecen a generar más producción”, lo que “también pasa” por la llegada de mayor “inversión extranjera” al país, algo que “es el punto más débil de la economía”, apuntó el ejecutivo.
Ibo Blazicevic, vicepresidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), convino en la necesidad de generar “incentivos para atraer inversión extranjera directa” y pidió también al Gobierno poner “sus ojos en el empresariado de occidente” y en el “potencial de la industria manufacturera”.
“Esperamos que nos ayuden a crear las condiciones ideales para crecer”, como la creación de “parques industriales”, observó.
“En 2018, el Ministerio de Desarrollo Productivo debe implementar programas para proteger a la empresas manufactureras y condiciones para que el sector generador de empleo pueda despegar”, expresó por su lado el presidente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa, Humberto Baldiviezo.
Entre estas medidas, precisó, está la aprobación de la “ley de asignación de competencias” —norma cuyo tratamiento está paralizado en el Legislativo—, que da a municipios y otras instituciones facultades para decomisar, por ejemplo, ropa usada, una tarea que hoy solo realiza la Aduana.
“Es la única ley que puede garantizar parte del mercado”, por lo que “trabajar su reglamentación será una prioridad”, afirmó.
Un plan de reactivación de la inversión privada “es lo que más necesitamos si es que queremos evitar el deterioro de la economía. Por eso cae tanto la nacional como la extranjera, sobre todo en sectores productivos”, dijo Laserna.
Déficit de 2018, segundo mayor en tres décadas
El déficit fiscal de 8,32% proyectado para el siguiente año en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2018 es el segundo más alto en las últimas tres décadas, según reportes del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
La mayor cantidad de gastos en el Estado con relación a sus ingresos se dará por quinto año consecutivo durante el gobierno de Evo Morales y se acerca al negativo 8,8% que se registró en 2002, en el año de transición entre las administraciones de Jorge Quiroga y Gonzalo Sánchez de Lozada, aunque todavía se encuentra lejos del histórico -30,6% que se anotó en 1984, durante la presidencia de Hernán Siles.
Esta tendencia se mantendrá al menos hasta 2019, de acuerdo con previsiones del Plan de Desarrollo Económico Social 2016-2020 del Gobierno, que también proyectaba cifras por debajo de los déficits alcanzados en este y los dos anteriores años.
Según las Perspectivas económicas, del Fondo Monetario Internacional publicadas en octubre, “la actividad económica en Bolivia sigue siendo vigorosa en comparación con el resto de la región”.
“Pero si no se produce un ajuste sustancial de las políticas, es de prever que los déficits fiscal y externo sigan siendo voluminosos, y con un tipo de cambio estabilizado, los desequilibrios macroeconómicos probablemente provocarán una disminución de las reservas, lo que aumentaría las vulnerabilidades de Bolivia a mediano plazo”, sostiene el documento.
Procesos. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, por su parte, indica en su balance preliminar que “si bien durante 2017 el entorno internacional ha sido más favorable que en los últimos años, lo que se espera también para 2018 —tanto debido a mejores precios de exportación como a un mayor dinamismo de los socios comerciales— es que la economía boliviana mantendrá una tasa de crecimiento en torno al 4%, lo que podría estar evidenciando síntomas de agotamiento de los impulsos de las políticas fiscal y monetaria, retrasos en algunos proyectos de inversión pública y una débil inversión privada”.
“Sin embargo, la recuperación de los precios del petróleo y los ingresos por la entrada en operaciones de la nueva planta de urea atenuarán los desbalances fiscal y del sector externo, aun cuando los problemas en la ejecución de la inversión pública limitarán el crecimiento de esta economía”, afirma en su análisis el organismo de Naciones Unidas.