Esta semana se abrió la fase de preventa de la criptomoneda introducida por el mandatario Nicolás Maduro con la que pretende hacer frente a la supuesta "guerra económica”, un riesgoso camino del que muchos analistas aún dudan.
Caracas. Llegó el gran día para la aventura bolivariana en el mundo de las criptomonedas. Este martes se abrió la "fase de preventa” del petro (PTR), la criptodivisa con la que el régimen de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, pretende hacer frente a una supuesta "guerra económica” contra el país.
El petro, argumenta Caracas en la web oficial que le ha dedicado (www.elpetro.gob.ve), permitirá "fortalecer la soberanía monetaria y promover el bienestar”. Aunque, pese a que ya se puede desembolsar plata por la promesa de esta moneda digital, aún no está claro cómo cambiará el día a día de los venezolanos y las venezolanas que pasan hambre.
Y es que, en efecto, el petro sigue siendo poco más que una promesa. Con el inicio de la preventa es posible ya adquirir "tokens" PTR. Pero no petros. Estos "tokens", una suerte de fichas digitales que podrían compararse a una acción, no tendrán valor alguno hasta que termine esta fase, lo cual está previsto que ocurra el próximo 19 de marzo.
Al día siguiente se debería abrir la oferta inicial pública. En total, cuando haya finalizado la hoja de ruta, se habrán emitido 100 millones de petros. Entonces se podrán iniciar las operaciones en las casas de cambio digitales. En principio, oficialmente, no habrá más emisiones.
Ahora mismo, cualquiera con US$60 puede aquirir estos "tokens". Ese es el "precio de venta de referencia” de la moneda virtual, equivalente a la cotización del barril de crudo venezolano a mediados de enero, según el "Libro Blanco” del petro. Aunque esto está "sujeto a cambio”, aclara el documento.
Eso sí, como han subrayado diversos analistas, nadie garantiza que el petro vaya a tener luego ese valor. Dado que el valor del barril de petróleo podría fluctuar, también sería posible que variase el del petro. Podría ser que quien pague US$60 por el "token" PTR se encontrase después con un petro que le ha hecho perder dinero.
Una criptomoneda con riesgo añadido. Cierto es que la estabilidad en sus precios no ha sido precisamente una virtud de las criptomonedas a lo largo de su corta existencia. Cada ciertos meses, las divisas virtuales –lo cual, en el fondo, puede ocurrirle a cualquier otro valor– protagonizan episodios de subidas en picado y desplomes, sembrando la euforia o el pánico en los mercados.
"En general, las criptodivisas son volátiles porque se trata de un nuevo mercado y de una nueva tecnología”, afirma a DW el experto alemán Cristoph Burger, de la escuela de negocios ESMT en Berlín.
Por otro lado, también es cierto que, a diferencia de otras como el bitcoin o el ethereum, el petro sufriría de inmediato cualquier oscilación del precio del crudo. "Tienes el riesgo de la puesta en marcha de la criptomoneda en sí, a esto se suma el riesgo del petróleo como respaldo de esta”, explica Burger. Un riesgo añadido.
Otra gran diferencia es que, mientras que las monedas virtuales –en la actualidad hay unas mil– suelen estar descentralizadas gracias a la tecnología conocida como blockchain, el petro será emitido por el Gobierno venezolano. El mismo "que ha generado hiperinflación”, apuntó a AFP el experto en la materia Jean Paul Leidenz.
¿Dará de comer el petro a los venezolanos? ¿Cómo cambiará la vida cotidiana de la ciudadanía venezolana la llegada del petro, cuando finalmente se produzca? ¿Qué podrá hacerse con los petros? Caracas prometió en el citado Libro Blanco que aceptará el petro (o su unidad mínima de intercambio, el mene) "como forma de pago de impuestos, tasas, contribuciones y servicios públicos nacionales”.
También debería servir como medio de intercambio para adquirir bienes y servicios. Incluso, aventura el Gobierno, como instrumento de ahorro e inversión. Ello pese a que hablar de ahorro parezca ciencia ficción en un país en el que el desabastecimiento o la inflación estratosférica son el pan de cada día.
"Teóricamente podría comprarse de todo”, confirma Burger a DW. La institución donde enseña, de hecho, fue el primer centro de enseñanza superior en Alemania en aceptar el bitcoin como método de pago para la formación que imparte. Burger añade, no obstante, que "todo depende de la aceptación de la criptomoneda”. Ese es en el fondo su mayor desafío.
Para el experto alemán, "la belleza de la tecnología blockchain y de una moneda como el bitcoin, por ejemplo, es que se trata de divisas globales con las que se pueden hacer transacciones con reducciones significativas de los cargos”. Pero una criptodivisa local inspirada en esta tecnología no es lo mismo. Menos aún si nadie la acepta como monera de cambio.
Así, la aventura del petro echa andar sembrada de incógnitas. No falta quien interpreta el movimiento de Maduro como una forma más de endeudamiento, por medio de digitalizar las reservas de petróleo. La cuestión es que ni siquiera queda claro que le permita saltarse el bloqueo estadounidense, pues numerosos analistas ya han señalado que, al estar respaldado por activos, a estos se les podrían imponer las mismas restricciones que a los bolívares actuales.