La cumbre en Camp David dio inicio a cuatro días de una actividad diplomática intensa que pondrá a prueba la capacidad de los líderes para poner fin a la intranquilidad por la amenaza de otra crisis financiera.
Camp David. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se comprometió este sábado en la cumbre del G8 a trabajar con Europa en un plan para alentar el crecimiento y al mismo tiempo reducir los niveles de deuda, mientras los líderes intentan evitar que la agudización de la crisis de la zona euro desestabilice a la economía global.
En Camp David, en el estado de Maryland, Obama y los líderes de las principales potencias económicas del mundo buscan modos de darle tranquilidad a los mercados financieros tras los temores causados por los problemas bancarios de España y por el riesgo de una salida de Grecia de la zona euro, lo que derrumbó a las acciones a sus niveles más bajos este año.
Obama abrió la sesión prometiendo buscar formas de restablecer la salud en el crecimiento y el empleo y de hacerse cargo de los temores en Europa.
"Todos nosotros estamos absolutamente comprometidos a asegurar de que tanto el crecimiento como la estabilidad, y la consolidación fiscal, sean parte de un paquete general, con el fin de lograr el tipo de prosperidad para nuestros ciudadanos que todos estamos buscando", dijo Obama.
Tras una reunión temprano este sábado con Obama, el primer ministro británico, David Cameron, dijo que detectaba una "creciente sensación de urgencia sobre la necesidad de tomar medidas" ante la crisis de la zona euro.
Los líderes de la Unión Europea se mostraron proclives este viernes a recalcar que se mantendrían firmes en la protección a sus bancos, después de reportes sobre una escalada de créditos malos que mostraron la amenaza de que un rescate a los bancos españoles quebraría la economía del cuarto mayor miembro de la zona euro.
"Haremos lo que sea necesario para garantizar la estabilidad financiera de la zona euro", dijo el presidente de la UE, Herman Van Rompuy.
Más temprano, el presidente francés, Francois Hollande, sugirió usar los fondos de Europa para inyectar capital a los bancos de España, lo que podría marcar una aceleración significativa de los esfuerzos de rescate de la UE.
Equilibrar una agenda de crecimiento con esfuerzos para reducir la deuda de Gobierno mediante restricciones fiscales es parte crucial de las discusiones del G8. Obama se ha puesto del lado del primer ministro italiano, Mario Monti, y Hollande en poner más énfasis en el crecimiento.
Eso pone presión sobre la canciller alemana, Angela Merkel, que ha impulsado medidas de austeridad fiscal como forma principal para reducir los inmensos niveles de deuda que afectan a las economías europeas.
Pero hay indicios de que la postura de Alemania sobre la austeridad podría flexibilizarse. Su principal sindicato industrial, IG Metall, logró su mayor acuerdo salarial en 20 años con un incremento de 4,3%, lo que impulsará el poder de compra de los consumidores del país.
Seguridad global. En la agenda de la cumbre también se abordó la preocupación por los precios del petróleo y de los alimentos, además de las tensiones generadas por Afganistán, Irán, Siria y Corea del Norte.
Se rumorea que Obama usará la sesión sobre temas de energía en la cumbre para buscar apoyo al uso de las reservas de petróleo de emergencia antes de que el embargo de la Unión Europea sobre el crudo iraní entre en vigencia en julio.
La cumbre en Camp David dio inicio a cuatro días de una actividad diplomática intensa que pondrá a prueba la capacidad de los líderes para poner fin a la intranquilidad por la amenaza de otra crisis financiera, mientras se retiran de una guerra impopular en Afganistán.
Tras el término de las negociaciones en Camp David, Obama viajará a Chicago, donde encabezará una reunión de dos días de la OTAN en la que la guerra en Afganistán será el tema principal.