La incertidumbre sobre Turquía y su contagio al resto de los mercados con problemas económicos similares se sintió en las acciones de Wall Street en una magnitud que no se veía desde el inicio del siglo, con el sismo financiero que remeció a Argentina.
La crisis cambiaria de Turquía podría seguir funcionando la próxima semana como canal de transmisión de la debilidad de los mercados emergentes a las economías principales, que hasta ahora han mantenido el ritmo de expansión pese a las repercusiones de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
La lira turca volvió a derrumbarse este viernes, acumulando un desplome de alrededor de 40% este año por una disputa diplomática entre Ankara y Washington y la alarma de los inversores sobre la influencia del presidente Tayyip Erdogan en la política monetaria.
"Para declarar con confianza que lo peor ya pasó para la lira, el banco central tendría que actuar decisivamente, (...) la tensión diplomática con Estados Unidos debería aliviarse y tendrían que implementarse rápidamente medidas fiscales y reformas estructurales", dijo un informe de Rabobank.
La incertidumbre sobre Turquía y su contagio al resto de los mercados con problemas económicos similares se sintió en las acciones de Wall Street en una magnitud que no se veía desde el inicio del siglo, con el sismo financiero que remeció a Argentina y causó una onda expansiva mayor.
Pero a pesar de las turbulencias en la periferia, la actividad real tanto en Estados Unidos como en la zona euro habría preservado el impulso este mes, sin atisbos de algún retroceso fuerte cercano, de acuerdo con los sondeos de Reuters para las lecturas preliminares de los índices Markit.
En Estados Unidos se conocerán también los datos de ventas de casas de julio. Las expectativas apuntan a un total de 650.000 unidades nuevas y 5,4 millones usadas vendidas. Ambas cifras representarían un movimiento aún sólido en el mercado inmobiliario, ajeno al ajuste monetario de la Reserva Federal.
De su lado, la Fed divulgará las minutas del último encuentro monetario, cuyo texto podría reforzar las previsiones de que el banco central estadounidense aplicará cuatro alzas de tasas de interés este año de cara a una expansión potente que acelera la inflación.
Hacia el final de la semana la atención se volcará sobre los funcionarios, banqueros y empresarios de todo el mundo que se darán cita en el encuentro anual de Jackson Hole, Estados Unidos. El tema anunciado para la reunión es la caída estructural de la productividad y los salarios.