En su discurso en el marco del G-20., la presidenta argentina dijo que estas crisis muestran cómo van "cayendo los liderazgos" y advirtió sobre la posibilidad de que las sociedades afectadas comiencen a "cuestionar los fundamentos de la democracia".
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, afirmó que "el verdadero problema" que enfrenta el mundo "es la falta de regulación de los mercados financieros", al tiempo que propuso "volver a un capitalismo en serio" donde la prioridad pase por el consumo, la generación de empleo y que los paquetes de ayuda tengan por destino a la "economía real".
"Lo que estamos viviendo no es capitalismo, esto es un anarcocapitalismo financiero total donde nadie controla a nadie", dijo la presidenta este jueves en Cannes, al participar de un panel sobre "Seguridad Alimentaria" celebrado en el marco del foro empresarial (B-20) de los países que integran el G-20.
En su discurso, que se extendió por espacio de 27 minutos, Fernández recordó que ya pasaron tres años desde la crisis desatada en Estados Unidos a raíz de las hipotecas de baja calidad y que "el tratamiento" que siguen empleando para superar el trance es el mismo de entonces y no ha mostrado efectividad.
"Han pasado tres años y cuando a un enfermo no le dan la solución cada vez se agrava más", dijo la mandataria para luego señalar que en su momento ya propuso que los "miles de millones de dólares" que se vuelcan para paliar los problemas derivados del sector financiero debían ser volcados a la "economía real, porque si no hay consumo no hay capitalismo, no hay posibilidad de crecimiento de la economía".
"La propuesta es que regulemos a los que realmente tenemos que regular", sostuvo la jefa del Estado quien volvió a criticar la propuesta francesa de regular los precios de los commodities -en especial los granos- como una forma de combatir la volatilidad de los precios de los alimentos.
Durante su exposición la presidenta estuvo acompañada por el canciller Héctor Timerman, la ministra de Industria, Débora Giorgi; el titular de la cartera de Agricultura, Julián Domínguez; el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino; el secretario de Comercio Exterior, José Luis Kreckler, y el embajador argentino en Francia, Aldo Ferrer, entre otros funcionarios.
El auditorio estaba compuesto por CEO a nivel mundial de Unilever, Paul Polman; el coreano Tae-won Chey, de SK Holdings; el indio RV Kanoira, de FICCI; y Tidjane Thiam, de Prudential, entre otros líderes empresarios.
Por el sector privado argentino dieron el presente el titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren; Luis Betnaza, de Techint; Federico Nicholson, de Ledesma; y el titular de Corporación América y vicepresidente de la Cámara Argentina de Comercio, Eduardo Eurnekian.
En su discurso, Fernández dijo que estas crisis muestran cómo van "cayendo los liderazgos" y advirtió sobre la posibilidad de que las sociedades afectadas comiencen a "cuestionar los fundamentos de la democracia".
"Cuando la gente vea que la democracia no les da posibilidad de progreso, de tener una casa, de cuidar la salud, comienzan a cuestionarse el funcionamiento del sistema político", dijo la presidenta ante los empresarios presentes en uno de los salones del Hotel Martínez, donde se desarrolló el Business-20.
"No lo piensen en términos de dos o tres años, piénsenlo con perspectiva histórica", sostuvo para luego recordar "la experiencia que vivió la Argentina en 2001, caótica que hizo colapsar nuestro sistema institucional".
La presidenta enfatizó que "la Argentina no es una isla ni lo quiere ser" y a modo de ejemplo citó el crecimiento que tuvo el comercio exterior desde 2003 a la fecha.
En el tramo final de su exposición, Fernández dijo que "muchas veces para solucionar determinado problemas hay que afectar intereses e intereses que son muy poderosos, pero yo me atrevo a decir que es mejor enfrentar esos intereses minoritarios pero poderosos antes que más adelante enfrentar la furia de la sociedad”.