La Asamblea Nacional de la isla (unicameral) se reunirá este sábado en un pleno extraordinario para aprobar la norma.
La Habana. Cuba aprobará mañana una nueva Ley de Inversión Extranjera como parte de las reformas emprendidas en la isla para "actualizar" su sistema socialista, que contemplará beneficios fiscales y abrirá sectores de la economía a capitales foráneos para intentar impulsar el desarrollo del país.
La Asamblea Nacional de la isla (unicameral) se reunirá este sábado en un pleno extraordinario para aprobar la norma, un encuentro que llegará precedido por los debates sobre el proyecto de ley celebrados hoy en comisiones parlamentarias.
Según medios oficiales, Cuba quiere ofrecer mayores incentivos a la inversión extranjera y asegurar que contribuya "eficazmente al desarrollo del país", por lo que los proyectos con capital foráneo se orientarán a la diversificación y ampliación de mercados de exportación, acceso a tecnologías avanzadas y sustitución de importaciones, con énfasis en la producción de alimentos.
De lo que ha trascendido del proyecto destaca un régimen especial tributario que incluye la exención del impuesto sobre los ingresos personales a los inversionistas extranjeros socios en empresas mixtas o partes en contratos de asociación económica internacional.
También se exime del pago de impuesto sobre utilidades por un período de ocho años que el Gobierno cubano puede extender, entre otros beneficios.
Con esta normativa, la inversión foránea podría ser autorizada en todos los sectores de la economía cubana, salvo en las áreas de salud, educación e instituciones armadas.
También se prevé el establecimiento de plazos concretos para la aprobación de inversiones extranjeras, que deberán ser autorizadas por el Consejo de Estado, el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros o el jefe del organismo competente en función de la importancia que tengan los proyectos presentados, dijeron a Efe fuentes conocedoras del proyecto legal.
La contratación de trabajadores locales, uno de los aspectos que más preocupa a los empresarios foráneos, se seguirá realizando a través de una agencia empleadora estatal si bien esa entidad no tendrá un fin recaudatorio.
Cuba dice que su nueva ley -que modificará la vigente desde 1995- busca dar a los capitales externos protección y seguridad jurídica, a la vez que garantiza que esas inversiones no podrán ser expropiadas "salvo por motivos de utilidad pública o interés social previamente declarados por el Consejo de Ministros".
En cualquier caso, medios oficiales de la isla también se han encargado de remarcar en sus titulares de los últimos días que la nueva Ley de Inversión Extranjera no significará "la venta del país ni un retorno al pasado".
Tras el triunfo en 1959 de la revolución que lideró Fidel Castro, Cuba se convirtió en un país socialista y nacionalizó las inversiones extranjeras en la década de los 60.
Más de 20 años después, a mediados de los 80, la isla comenzó a abrirse a los capitales externos en algunos sectores y en los noventa profundizó en esa opción por la grave crisis económica conocida como "Periodo Especial" que padeció la isla con el derrumbe de la Unión Soviética, su principal sostén hasta ese momento.
En Cuba existen tres modalidades de inversión extranjera: las empresas mixtas (donde el estado suele tener al menos el 51 por ciento de las acciones), los contratos de asociación económica internacional y unas muy pocas empresas de capital totalmente foráneo.
El plan de reformas de Raúl Castro -o los "lineamientos" como se conoce en la isla- contempla entre sus objetivos propiciar la participación de capital extranjero como "complemento" de las inversiones nacionales.
La nueva ley llegará unos cinco meses después de la entrada en vigor del decreto que rige la Zona Especial del Mariel, donde Cuba quiere atraer capitales extranjeros con la esperanza de convertir ese área en un motor de desarrollo para reanimar la maltrecha economía del país.