De acuerdo con el informe del parlamento al cierre de 2017, el Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba aumentó un 1,6% el pasado año, cifra inferior al proyectado 2%. Economistas estiman que para este año el PIB crecerá a 2%.
La Habana. Tras finalizar un año con ligero crecimiento económico, Cuba inició el 2018 con el reto de incrementar aún más su Producto Interno Bruto (PIB) como resultado de los cambios que impulsa el gobierno de Raúl Castro desde 2011, en busca del añorado despegue económico.
De acuerdo con el informe presentado ante el parlamento casi al cierre de 2017, el PIB de Cuba aumentó un 1,6% el pasado año, cifra inferior al proyectado 2%.
A pesar de quedar por debajo de lo planificado, las autoridades locales consideraron que este avance "discreto" es una buena señal, después de la contracción de 0,9% registrado en 2016 y en medio de problemas financieros y costosos incidentes climáticos durante 2017.
Entre los factores positivos reportados el pasado año destacan los aumentos en sectores claves como el turismo (4,4%) y la agricultura (3,0%).
Del lado negativo se mencionaron los incumplimientos por exportaciones de bienes y servicios, la disponibilidad insuficiente de combustibles y atrasos en la ejecución de programas inversionistas.
A ello se sumaron las afectaciones derivadas de la aguda sequía y el destructor huracán "Irma", que con categoría máxima de cinco en la escalla Saffir-Simpson azotó la isla y provocó la muerte de 10 personas y daños totales que rebasaron los 13.000 millones de pesos (US$13.000 millones al cambio oficial).
Aunque las consecuencias negativas del poderoso meteoro persistirán en el nuevo año, con marcado acento en la agricultura y en la producción de azúcar (130 000 toneladas menos del endulzante), economistas locales calculan un crecimiento del dos por ciento del PIB, superior al uno por ciento vaticinado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El ministro cubano de Economía y Planificación, Ricardo Cabrisas, explicó que los augurios optimistas se basan en probables alzas en turismo (4,2%) y comercio (6,7%), así como en las exportaciones, el transporte ferroviario, las fuentes renovables de energía y la agricultura.
Entre los obstáculos a vencer figuran la tensa situación con la disponibilidad de divisas y la necesidad de garantizar ingresos, eliminar gastos innecesarios y avanzar en programas de inversión cruciales.
Acerca del tema de las inversiones, están contratados 10.800 millones de pesos (US$10.800millones) en programas priorizados como turismo y energía, pero el país urge de cumplir los cronogramas de ejecución de obras y acelerar los trámites en la aplicación de capital foráneo.
Según expertos locales, la mayor de las Antillas necesita US$2.500 millones anuales de inversión para poder crecer.
Otro problema interno a vencer, y que resulta uno de los más complejos, es la dualidad monetaria y cambiaria, que en su aparición en la década de 1990, en medio de una crisis inflacionaria, auxilió a la economía pero hoy distorsiona su evolución.
"No es solo quitar una moneda y poner un tipo de cambio: tiene que ver con la formación de los precios, tiene que ver con el ingreso de las personas, tiene que ver con la capacidad de compra que tiene el salario, de lo que tanto se ha hablado en estos días", explicó a los parlamentarios el jefe de la Comisión de Desarrollo e Implementación, Marino Murillo.
Pero en opinión del mandatario Raúl Castro, la unificación monetaria y cambiaria ha demorado "demasiado".
Esto incide de manera negativa en los salarios que perciben los trabajadores estatales, que desestimula buscar empleo en las empresas del estado y deriva en una emigración de profesionales en puestos empresariales hacia plazas menos exigentes, pero mejor pagadas.
También está por resolver la falta de mercados mayoristas o de permisos para la importación que faciliten el desarrollo del trabajo "por cuenta propia" o autoempleo, que aglutina en la actualidad el 29% de la fuerza laboral activa del país.
En el orden externo, el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos, recrudecido en los últimos meses bajo la administración de Donald Trump, continuará en 2018 como un freno para la economía cubana.
Así, en medio de una panorama económico complejo y la aceptación por parte de las autoridades de que las transformaciones económicas han superado en complejidad a lo que previeron en un inicio, Cuba continúa en busca del despegue de su economía, para lo cual se requiere de un incremento anual del PIB de entre cinco y seis por ciento, según expertos.
Avanzar de forma "sostenida" aunque sin "precipitaciones" ni "improvisaciones", es el camino trazado por Raúl Castro para la "actualización" del modelo socialista cubano.
Como apuntó el jefe de Estado, el crecimiento estimado de la economía en 2018 "presupone garantizar el uso eficiente de los recursos financieros y materiales disponibles, elevar los ingresos por exportaciones, aumentar las producciones nacionales, en particular de alimentos, sin renunciar a los programas de desarrollo que están en marcha para generar ingresos y nuevas fuentes de empleo".
Este es el gran desafío que Castro dejará a quien lo suceda en la presidencia en abril próximo, al cumplir su segundo y último mandato al frente del Estado y del gobierno.