El plan de reforma pide al gobierno ceder gran parte de la agricultura, los servicios minoristas y la producción a pequeña escala de negocios familiares, las cooperativas y los contratos de arrendamiento durante los próximos años.
La Habana. Aunque Cuba está abriendo algunos sectores a la iniciativa privada, las miles de empresas estatales que dominan su rezagada economía permanecerán bajo el control del gobierno y los planes para reformar su cultura de gerencia parecen un desafío cuesta arriba, dijeron expertos.
Analistas locales sostienen que las propuestas de reformas que son debatidas por la población antes del congreso del gobernante Partido Comunista en abril son pasos correctos impulsados por el presidente Raúl Castro, pero aún dejan la mayor parte de la actividad económica en manos de un Estado con una larga historia de mala gestión.
"Raúl tendrá que traer gente de otro planeta o sacarlos de no sé dónde", dijo el director ejecutivo de una empresa estatal mediana.
"Hay mucha gente viviendo bien de este desorden para que sean ellos mismos los que traten de arreglarlos", agregó el funcionario, que pidió no ser identificado.
El plan de reforma pide al gobierno ceder gran parte de la agricultura, los servicios minoristas y la producción a pequeña escala de negocios familiares, las cooperativas y los contratos de arrendamiento durante los próximos años.
Pero no hay indicios de que las medidas abarquen otros sectores. Las propuestas simplemente piden cambios en la forma en que a menudo son dirigidas las empresas estatales, que rara vez resultan rentables.
Entre las propuestas que serán discutidas en el congreso figura un futuro Gobierno en que el "control de las gestión empresarial se basaría principalmente en un método económico-financiero en lugar de métodos administrativos" y las empresas disfrutarán de una mayor autonomía para gestionar fondos y tomar decisiones de negocios.
Las aproximadamente 3.700 empresas estatales gestionan gran parte de la economía cubana.
Sus actividades van desde la dirección de hoteles y de las industrias del níquel, el petróleo y el tabaco, hasta servicios públicos como el transporte, los bancos el comercio nacional e internacional y el azúcar, dijo un experto local.
"Estimo que entre el 35% y el 40% de las empresas son fundamentales para la economía y más del 50% de ellas no son rentables", dijo el funcionario, que pidió nos ser identificado porque tiene prohibido hablar con periodistas.
Cambio cultural para administrar. Las empresas estatales están actualmente administradas desde los ministerios. Los ministros nombran a los ejecutivos, revisan los planes productivos, establecen salarios, controlan importaciones y exportaciones, la gestión mixta con empresas extranjeras y realizan inspecciones sin fin.
Fuentes cercanas al gobierno dijeron que existían planes para la eliminación de grupos de empresas, y en consecuencia algunos ministerios, en favor de grupos de empresas públicas que operen fuera del Gobierno.
Estas compañías se encargarían de la rentabilidad de las filiales y de la gestión en general y por regla no serían elegibles para recibir subsidios estatales, dijo.
Un economista local especializado en administración de empresas dijo que las propuestas plantean más preguntas que soluciones. "Todo eso suena muy bien, es un punto de avance (...) pero tiene que ver cómo funciona en la práctica", dijo.
"Tiene que cambiar la cultura administrativa del país", agregó.
El economista dijo que las propuestas no dejan claro las prerrogativas que tendrían las compañías estatales, cómo liquidarían las deudas que se contrajeron entre ellas y con entidades extranjeras, o si el creciente papel de los militares en la economía -estimado entre el 30% y el 35%-, es algo temporal o permanente.
Media docena de directores estatales en activo y jubilados dijeron que las propuestas, aunque positivas, son demasiado imprecisas. Muchos se mostraron escépticos de que los planes se apliquen correctamente en el futuro.
"Si esos lineamientos (planes de reformas) se aplican con rigor y con inteligencia, la situación se va a revertir. El problema es cómo aplicarlos", dijo Roberto, antiguo ejecutivo de la industria de las comunicaciones.
Aníbal, un ejecutivo jubilado de la industria alimenticia, dijo que la voluntad del Estado para aflojar el control sobre las empresas tenía que verse para creerse.
Para ejemplificar citó el actual recorte de unos 500.000 empleos estatales, para lo que el Gobierno fijó cuotas a cada empresa y un recorte de las licencias de importación y exportación de ciertas firmas estatales.
"Estas y otras contradicciones similares, son las que me hacen dudar de la real voluntad de cambiar todo un entramado de medidas que han ahogado a las Empresas hasta ahora", dijo.