La demanda de oro, en sus diferentes formas, ha sufrido una importante aceleración, al igual que en el resto del mundo, llegando a subir hasta tres veces en ese país en los últimos dos meses.
Concretamente, esto ha ocurrido en el caso del Banco de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo segmento del negocio aurífero avanzó en importancia y, en los últimos 60 días, la demanda es tan fuerte que está superando a la compra de oro y joyas que realiza la entidad.
"Nosotros somos de origen un banco de empeños de oro y joyas, a partir de los cuales creamos los lingotes de oro fino certificado por la entidad, una actividad que ha crecido muchísimo en el último período", dijo a Télam el jefe del Equipo Pignoraticio del Banco Ciudad, Juan Antonio Vassallo.
El directivo explicó que "en los dos últimos meses se ha triplicado la demanda de lingotes de oro, que es lo que nosotros elaboramos y vendemos, ya que no tenemos muchas existencias de monedas de oro".
El Ciudad recupera el oro de alhajas que la gente vende al banco, después recupera el oro fino y, por intermedio de su laboratorio, único entre los bancos argentinos, lo transforma en oro fino y certifica el lingote que entrega al público.
Con la corrida mundial al oro y el abandono de muchos ahorristas del dólar y el euro, en Argentina también se agiganta esta ola que vuelve a convertir al oro en reserva de valor, aunque también se verifica un contenido especulativo en este comportamiento.
En el caso del Ciudad, el oro se entrega en lingotes chicos de 10, 50 y 100 gramos. Este último vale, a cotización del jueves pasado, 25.642 pesos. El lingote de 50 gramos cuesta 12.841,50 pesos y el de 10 gramos, 2.575,70 pesos.
Vassallo explica que la entidad entrega el oro y el comprador puede resguardarlo donde prefiera, si bien el Ciudad ofrece un servicio de depósito o resguardo denominado Oroguard, el cual cobra aranceles muy bajos y un seguro de comisión sobre el precio de la operación.
"Ese costo es bajo porque el Banco Ciudad busca vender antes que hacer un negocio de resguardo o caja de seguridad, por eso es tan grande la diferencia entre Oroguard y esas cajas", dice Vassallo.
Algo parecido está ocurriendo con las monedas de oro, mexicanas y sudafricanas principalmente, que también son adquiridas como reserva de valor pero en circuitos financieros privados, señalan Vassallo y otras fuentes consultadas. Como en el caso de las divisas, una compra de oro en lingotes o en monedas que supere los 30.000 pesos debe ser justificada en cuanto a los orígenes de los fondos, de acuerdo con la normativa del Banco Central.
Por otra parte, en el caso del Ciudad, se puede adquirir oro a través de un préstamo pignoraticio, lo que supone pagar una parte del valor del lingote y el resto financiarlo a través de ese crédito, dejando en custodia y garantía el metal precioso que se está comprando.
Las previsiones de Vassallo, al igual que las formuladas recientemente por el director ejecutivo del Banco Piano, Arturo Piano, uno de los principales oferentes de oro del mercado local, es que la tendencia alcista del precio y de la demanda del metal continuará.
"El oro va a seguir aumentando. La tendencia es al alza. Ha vuelto a ser la reserva de valor, como en su origen", señala Vassallo.
Piano, por su parte, declaró en varias oportunidades en los últimos dos meses que al oro le queda un largo camino ascendente, destacando, sin embargo, el componente especulativo que también tiene la suba del metal.