El presidente comentó que el acuerdo daría un impulso muy necesario a la economía, que sigue luchando por recuperarse desde su recesión más profunda en 70 años.
Washington. El plan del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de extender las rebajas tributarias de la era Bush a todos los estadounidenses, se encontró con problemas el martes, ya que gente de su partido Demócrata lo cuestionó por comprometerse con los republicanos.
Mientras los analistas creen que el Congreso aprobará el tratado, Obama enfrenta desaveniencias con varios de su partido, que creen que aceptó demasiado rápido las demandas republicanas y temen por el impacto de la rebaja en el déficit presupuestario federal.
Inicialmente los mercados de acciones en Estados Unidos y Europa aplaudieron el pacto propuesto sobre impuestos y beneficios de desempleo, ya que podría darle un impulso al crecimiento económico en el 2011, pero finalmente Wall Street cerró estable.
Sin embargo, los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron bruscamente al cierre de este martes por temores a que los menores impuestos disparen la inflación y profundicen el déficit fiscal.
Los demócratas han defendido las reducciones tributarias sólo para la clase baja y media, y su apoyo al acuerdo no está claro, antes de que entreguen el control de la Cámara de Representantes a los demócratas en enero.
Obama comentó que el acuerdo daría un impulso muy necesario a la economía, que sigue luchando por recuperarse desde su recesión más profunda en 70 años.
"Este paquete ayudará a fortalecer la recuperación. Tengo confianza en eso", dijo Obama en una conferencia de prensa.
Economistas sostienen que el plan tributario debería eliminar la incertidumbre sobre la política de impuestos, ayudar a reducir el desempleo y aumentar el crecimiento económico en el 2011.
El pacto incluye una extensión de los beneficios de desempleo por 13 meses, que podría apaciguar a los demócratas. Pero Obama concedió a los republicanos la exigencia del impuesto estatal al proponer una tasa de un 35 por ciento, con un nivel de excepción individual de 5 millones de dólares.
El plan de Obama equivaldría a 501.000 millones de dólares en menos ingresos tributarios, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Temor en mercados.
El alivio inicial en el mercado dio paso a una gran corriente vendedora en bonos del Tesoro, ante las preocupaciones de que el acuerdo tributario empeore el déficit fiscal y genere inflación.
La demanda fue débil en una subasta de deuda a tres años y la nota a 10 años sufrió su peor liquidación desde junio del 2009.
Moody's Investors Service expresó que las finanzas de Estados Unidos podrían sufrir en el largo plazo, aunque no veía un cambio en la calificación crediticia del país de "AAA" en los próximos 18 a 24 meses.
"Esto reduce los ingresos junto con la extensión de los beneficios de desempleo, que son malos para el déficit. En el corto plazo son buenas noticias, pero en dos ó tres años, los compradores extranjeros de bonos del Tesoro estadounidense pueden comenzar a mostrarse reacios", dijo David Carter, presidente de inversiones de Lenox Advisors en Nueva York.
Los impuestos podrían subir para casi todos los estadounidenses si no se llega un acuerdo para extender la rebaja. Los analistas prevén que la medida se convertirá en ley, ya que suficientes republicanos apoyan el tratado para compensar a los demócratas que se oponen.
La presidenta de la Cámara baja, Nancy Pelosi, explicó que los demócratas "seguirán las discusiones" sobre el acuerdo en los próximos días.
Los economistas estiman que el plan podría elevar el crecimiento económico en 0,5 a 1,0 puntos porcentuales el próximo año y disminuir el desempleo.
El acuerdo crearía 2,2 millones de empleos, según el liberal Centro para el Progreso Estadounidense, dando un impulso bastante necesario en momentos en que el Congreso ha sido incapaz de aprobar medidas de estímulo fiscal.