Con el contagio extendiéndose, una mayoría de 20 importantes economistas pronosticó que es poco probable que la zona euro supere la crisis en su forma actual, con algunos concibiendo un grupo "central" que excluiría a Grecia.
Berlín. Una "desastrosa" colocación de deuda alemana el miércoles reavivó el temor a que la crisis que estremece a Europa ya esté empezando a amenazar a Berlín, con los gobiernos de las dos mayores economías de la zona euro aún enfrentados por una solución estructural de largo plazo.
Con el contagio extendiéndose, una mayoría de 20 importantes economistas consultados por Reuters pronosticó que es poco probable que la zona euro supere la crisis en su forma actual, con algunos concibiendo un grupo "central" que excluiría a Grecia.
Los inversionistas también estaban nerviosos por los reportes de que Bélgica busca que Francia aporte más para apoyar al fallido grupo financiero Dexia bajo un programa de rescate de 90.000 millones de euros (US$120.000 millones) que ya parecía listo.
Un informe especial de Fitch Ratings sugirió que Francia tiene un margen limitado para absorber impactos sobre sus finanzas, como una nueva contracción económica o un apoyo a los bancos sin poner en peligro su codiciada calificación crediticia "AAA".
"La crisis de deuda está cavando aún más al fondo, como una lombriz, y está alcanzando a Alemania", dijo a Reuters uno de los políticos más euroescépticos de la coalición de Gobierno germano, Frank Schaeffler del partido Demócratas Libres (FDP).
La canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el nuevo primer ministro italiano, Mario Monti, tienen fijado reunirse el jueves en la ciudad francesa de Estrasburgo.
Los líderes discutirían las reformas planeadas por Monti en una reunión donde esperan que Roma pueda dejar atrás la era de Silvio Berlusconi, el ex primer ministro caído en desgracia que renunció este mes.
Poca demanda. Subrayando la gravedad de la crisis, la agencia de deuda alemana se vio obligada a retener casi la mitad de su oferta de venta de 6.000 millones de euros en bonos debido a la poca demanda.
El resultado llevó el costo de endeudamiento a 10 años de Alemania por sobre los bonos del Tesoro estadounidense por primera vez desde octubre.
"Es un completo y absoluto desastre", dijo Marc Ostwald, estratega de Monument Securities en Londres.
El nuevo bono prometía pagar una tasa de interés del 2,0 por ciento, la más baja de la historia para una emisión de Bunds alemanes a 10 años. El rendimiento promedio de la subasta fue del 1,98%, por debajo del 2,09% de la licitación previa en octubre.
La pobre subasta llevó al euro a caer hasta US$1,336, y las bolsas europeas se hundieron a mínimos en siete semanas.
La rentabilidad del Bund a 10 años subía 14,5 puntos básicos al 2,056%, rindiendo más que los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años desde comienzos del mes pasado.
Exposición alemana. El portavoz del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, dijo en una rueda de prensa que la subasta no implica que el Gobierno tenga problemas de financiamiento, y pocos en los mercados financieros estuvieron en desacuerdo.
Pero fue una señal de que el mayor contribuyente de la zona euro podría lentamente ser presionado si la crisis sigue profundizándose.
Un importante ejecutivo de una calificadora crediticia dijo que podría incluso darle a Berlín razones para reexaminar su rechazo a llevar a cabo una solución más amplia.
"Hay presión al alza sobre los rendimientos de Alemania; podrían comenzar a cambiar las percepciones", dijo David Beers de Standard & Poor's.
Los costos del endeudamiento de casi todos los estados de la zona euro, incluso los que antes se consideraban seguros como Francia, Holanda y Austria, se dispararon en las últimas dos semanas por el pánico de los inversionistas que no ven ningún papel libre de riesgo.
"Los Bunds están empezando a perder su atractivo, porque los mercados tienen que creer la historia de los eurobonos y Alemania está muy cerca de comenzar, en lo esencial, a garantizar la deuda de otros países", afirmó Achilleas Georgolopoulos, estratega de Lloyds Bank en Londres.
Lo que generó la aceleración de la crisis el mes pasado fue el salto del rendimiento del bono italiano a niveles cercanos al 7%, considerado como inmanejable en el largo plazo, pese a la intervención del BCE para comprar cantidades limitadas de deuda.
Decidida a no ser presionada por los mercados financieros, la canciller Angela Merkel ha resistido los llamados, principalmente de Francia, a permitir que el BCE actúe más decisivamente.
En un contundente discurso en la Cámara baja del Parlamento germano, el Bundestag, Merkel calificó la propuesta de la Comisión Europea de una emisión conjunta de bonos de la zona euro de "extraordinariamente inadecuada".
Pero poco antes de que hablara Merkel, el ministro francés de Finanzas, Francois Baroin, planteó una visión completamente opuesta respecto al rol del BCE, al afirmar en una conferencia en París que la responsabilidad del banco central era respaldar la actividad del bloque monetario.
"La mejor respuesta para evitar el contagio a países como España e Italia es, desde el punto de vista francés, es una intervención (o) la posibilidad de una intervención o el anuncio de una intervención de parte de un prestamista de último recurso, que sería el Banco Central Europeo", aseguró Baroin.