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Desempleo juvenil y la pujanza de China, lo que más preocupa en Davos
Jueves, Enero 23, 2014 - 16:38

Para las empresas y empresarios presentes en el Foro, el desempleo juvenil es el problema más grave al que deben hacer frente las sociedades desarrolladas, pues no sólo impide que el ritmo de la recuperación sea más ágil, sino que pone en peligro la paz social.

Davos. El elevado desempleo, sobre todo entre los jóvenes, y la pujanza económica de China, que amenaza la hegemonía de Estados Unidos y Europa, son los dos asuntos que han centrado la atención de analistas, políticos y ejecutivos en la segunda jornada del Foro Económico de Davos.

Para las empresas y empresarios presentes en el Foro, el desempleo juvenil es el problema más grave al que deben hacer frente las sociedades desarrolladas, pues no sólo impide que el ritmo de la recuperación sea más ágil sino que pone en peligro la paz social.

Desde un punto de vista más amplio, el de la macroeconomía, el imparable crecimiento económico de China y el desafío que eso supone para Europa y, sobre todo, para Estados Unidos se ha revelado como el mayor motivo de preocupación.

Empresarios como el presidente de Coca Cola, Muhtar Kent, o la joven consejera delegada de entradas.com, la española María Fanjul, destacaron hoy en Davos la necesidad de que gobiernos y sector privado trabajen de forma conjunta para evitar que una generación entera carezca no solo de presente sino también de futuro.

Kent manifestó que en todo el mundo existen más de 70 millones de jóvenes sin empleo y sin oportunidades reales de encontrarlo, una cifra equivalente a la población de Francia, e instó a las empresas a crear oportunidades de empleo y de desarrollo, pues de lo contrario existe un grave peligro de quiebra de la sociedad civil.

Tan sólo una mejora del 1% en la tasa de desempleo mundial, explicó, supondría una gran impulso para la economía global.

Aunque la mayoría de las ponencias y debates se han centrado en el desempleo juvenil, el secretario general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, se negó a desvincular el paro juvenil del paro en general, "pues no se pueden combatir por separado".

Entre los participantes en la sesión de hoy figuraba María Fanjul, joven emprendedora que ha contribuido a poner en marcha Global Shapers, una red de empresas a cargo de personas de menos de 30 años con la que desarrollar proyectos en distintos países.

Global Shapers, dijo Fanjul, está comprometida con la búsqueda de maneras de reducir el desempleo en todo el mundo: somos parte del problema -aseveró-, por lo que debemos ser también parte de la solución.

En otro debate, éste centrado en la competencia entre Estados Unidos, Europa y China, el presidente y consejero delegado de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, dio por hecho que Europa ya no está al borde del abismo, como "parecía hace apenas dos años", y ya nadie cuestiona la viabilidad del euro ni se plantea una fractura de la Unión Europea.

Estabilizada y en el buen camino la recuperación en Europa, añadió, Estados Unidos contribuye como lo ha hecho siempre al crecimiento mundial, pero en poco tiempo un nuevo actor, China, ha emergido a un primer plano.

El tamaño de China, comentó Blakfein, hace que una variación del 2% en su tasa de crecimiento tenga más implicaciones para el PIB mundial que cualquier desviación, hacia arriba o hacia abajo, del de Estados Unidos.

El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, fue franco al admitir que el inusitado crecimiento de la economía china "ha complicado mucho la arquitectura de la economía mundial" y, por lo que respecta al Reino Unido, ha puesto de manifiesto que éste debe seguir vinculado con fuerza a Europa.

Las inversiones chinas en el Reino Unido, explicó Clegg, representan la garantía de miles de empleos en el país.

Joseph S. Nye, decano de la Kennedy School de la Universidad de Harvard, también presente en el debate, llamó la atención no solo sobre cómo el tamaño de China repercute en la economía global, sino sobre el hecho de que, efectivamente, existen cuestiones relacionadas con la seguridad jurídica y la incertidumbre política que hacen que el gigante asiático sea algo más que un competidor puramente económico.

Autores

EFE