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Deuda griega podría estar mejor protegida de "buitres" que la de Argentina
Viernes, Julio 3, 2015 - 10:30

El valor de los bonos de Grecia, primer país desarrollado en incumplir sus pagos de un préstamo del Fondo Monetario Internacional, se desplomaron por el miedo a que se repita lo que pasó en 2012, cuando Atenas amortizó su deuda.

Grecia podría librarse de las batallas, que en el caso de Argentina duraron una década, si termina reestructurando su deuda, aunque expertos legales dicen que de todas formas los fondos "buitres" podrían tratar de coaccionar a Atenas.

La estructura de la deuda griega y el uso de cláusulas de contrato que facilitan que los países impongan pérdidas en los tenedores de bonos deberían proteger al país de inversores contenciosos -"holdouts"-, aunque expertos advierten que esos recursos no son infalibles.

El valor de los bonos de Grecia, primer país desarrollado en incumplir sus pagos de un préstamo del Fondo Monetario Internacional, se desplomaron por el miedo a que se repita lo que pasó en 2012, cuando Atenas amortizó su deuda.

El domingo, se realizará en el país un referendo sobre si el país acepta o no un rescate, lo que finalmente podría definir si sale de la zona euro.

Pero agentes dicen que todavía no hay señales de que los inversores que asedian países en quiebra -y que los han perseguido judicialmente, como en el caso de Argentina- estén acechando a Grecia.

"Hay un pequeño riesgo de demandas de holdouts, pero nada como lo de Argentina", dijo Starla Griffin, de Slaney Advisors, abogada y miembro del Grupo de Expertos en Reestructuración de Deuda Soberana, apoyado por Naciones Unidas.

Argentina, cuya deuda no contaba con la protección de tales cláusulas cuando cayó en default en 2002, sigue en una batalla legal con inversores holdouts, entre los que se cuenta a NML Capital Ltd de Elliott Management y a Aurelius Capital Management.

Los inversores que quieran excluirse de cualquier amortización de la deuda griega y recuperar más de su dinero primero tendrían que desbaratar cláusulas de acción colectiva (CAC).

Esas cláusulas están escritas en los cerca de 33.000 millones de euros en bonos griegos emitidos en 2012 como parte de la reestructuración y también aplican sobre los cerca de 6.000 millones de euros en bonos 2017 y 2019 emitidos el año pasado.

El primero -entregado a los inversores en un proceso llamado Participación del Sector Privado a cambio de bonos más antiguos- están aun mejor protegidos, porque son considerados como una sola serie.

Para que se aplique una reestructuración en todos esos bonos, los inversores que mantengan al menos dos tercios de los papeles en circulación tendrían que votar, y un 75 de esos votos tendrían que apoyar la moción.

Eso implica que los holdouts tendrían que juntar una participación de cerca de 5.500 millones de euros en todos los bonos, en vez de una participación menor en sólo uno de ellos, para tener posibilidades de éxito.

"Para que se realice una enmienda significativa de las notas PSI el quorum tendrá que ser de dos tercios, pero con un 25 por ciento se puede bloquear cualquier propuesta de ese tipo, dado que se requiere un apoyo de un 75 por ciento para su aprobación", dijo Arjun Muddu de Linklaters, y que participó en la mediación de los bancos en la reestructuración de 2012.

Los dos bonos griegos emitidos en 2014 también tienen CAC, pero son distintos. Los títulos dan derecho a un voto por cada bono, lo que implica que los inversores necesitan menos dinero para armar una participación de bloqueo.

Luego de un fallo judicial en Estados Unidos que empujó a Argentina a otro default el año pasado, el FMI pidió que los CAC exigieran sólo una votación en todos los bonos afectados en vez de que se realizaran múltiples votaciones por cada uno.

"Los requerimientos (...) le dificultan las cosas a los holdouts, pero las CAC no son impermeables y en teoría los holdouts igual pueden bloquear una reestructuración con una mayoría grande y diversa", dijo Dania Thomas, catedrática de Derecho de los Negocios de la Universidad de Glasgow.

Hay precedentes en Grecia para los holdouts. Atenas aún debe cerca de 4.000 millones de euros en bonos antiguos no reestructurados pero hasta ahora ha cumplido con los pagos de esas deudas y ha evitado demandas.

Pero aun si los inversores son obligados a aceptar quitas, las batallas legales no habrían terminado.

Christian Leathley, abogado de arbitraje internacional de Herbert Smith Freehills, dijo que si los inversores no logran una participación de bloqueo en cualquier reestructuración futura, igualmente podrían abrir procesos contra el emisor soberano bajo un tratado de inversión bilateral aplicable, como hizo su firma contra Argentina en cortes estadounidenses.

Grecia ha firmado cerca de 40 de esos tratados con otros países -incluyendo a Alemania-, según datos de Naciones Unidas.

Autores

Reuters