Rousseff se dio cita con varios ministros en el palacio presidencial en Brasilia el fin de semana, organizando lo que un funcionario llamó el "plan de negocios para el 2012".
Brasilia. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, convirtió un crecimiento económico de un 4% en la misión central de su gobierno este año y está dispuesta a bajar los impuestos, adoptar medidas de estímulo y posiblemente sacrificar otras metas si es necesario, dijeron fuentes del gobierno a Reuters.
Rousseff se dio cita con varios ministros en el palacio presidencial en Brasilia el fin de semana, organizando lo que un funcionario llamó el "plan de negocios para el 2012", al acercarse el final de las vacaciones de verano en Brasil.
Rousseff podría decidir medidas concretas en los próximos días y los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que está decidida a que la economía de Brasil tenga un mejor desempeño que durante su primer año de gobierno en el 2011, cuando el crecimiento probablemente fue de un 3%.
"El número en la cabeza de todos es cuatro", dijo un funcionario. "Casi todo lo demás que estamos haciendo va a girar en torno a eso", agregó.
Funcionarios dijeron que buscarán ese objetivo de manera responsable, y que serán flexibles en el caso de crisis externas en Europa o en otro lugar.
Las opciones sobre la mesa -desde incentivos fiscales para industrias en dificultades a mayores créditos a través del banco estatal de desarrollo Bndes- se desplegarán con cuidado sin estropear la reputación de Brasil de una administración bien dirigida, con una leve inclinación a la centro-izquierda económica, dijeron.
Sin embargo, el enfoque de crecimiento primero probablemente implicará riesgos para los mercados financieros este año.
Estos podrían incluir cambios económicos repentinos e impredecibles de políticas u otro período de alta inflación luego de que los precios subieron un 6,5 por ciento en el 2011, su ritmo más rápido en siete años.
El objetivo de Rousseff está muy por encima de la mayoría de las previsiones independientes.
Naciones Unidas sólo espera un crecimiento de un 2,7% del Producto Interno Bruto (PIB) brasileño este año. Eso significa que el gobierno podría ofrecer un estímulo mayor que lo esperado, especialmente si la crisis de la zona euro empeora, o si la economía de China se desacelera.
El estímulo podría, a su vez, hacer que Brasil incumpla por poco su objetivo principal de superávit presupuestario para fin de año de un 3,1% del PIB.
Después de una carrera notable de éxito en los últimos años, no está claro si la mayor economía de América Latina todavía es capaz de un crecimiento del 4% en un año o más sin una reforma profunda.
Graves problemas de infraestructura, un alto desempleo, fuerte demanda de crédito y otros cuellos de botella estructurales implican que incluso el tímido crecimiento del año pasado vino con una inflación justo en el extremo superior del rango fijado por el Gobierno.
Por ahora, sin embargo, los asesores de Rousseff dijeron que creen que se puede tener todo en el 2012 - una especie de "economía Ricitos de Oro" donde la inflación y las tasas de interés caigan, mientras aumenta el crecimiento.
Los funcionarios indicaron que Rousseff estará involucrada en el manejo de la economía sobre una base regular, tal como lo hizo el año pasado, y que estará dispuesta a ajustar las palancas gemelas de estímulo y moderación según dicten las circunstancias para permitir un crecimiento saludable.