"La lucha contra la pobreza es un deber del Estado y una tarea de todos los brasileños. No podemos olvidarnos que la crisis más desafiante, el mayor y más angustiante problema de este país (...)", afirmó Rousseff.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, lanzó este jueves su principal programa de gobierno, "Brasil sin miseria", una promesa de la campaña electoral con la que pretende acabar con la pobreza extrema que afecta a 16 millones de personas.
"La lucha contra la pobreza es un deber del Estado y una tarea de todos los brasileños. No podemos olvidarnos que la crisis más desafiante, el mayor y más angustiante problema de este país, es tener la pobreza crónica instalada", dijo la presidenta al lanzar el programa en el Palacio Presidencial.
El plan es una secuencia de las políticas sociales realizadas por su antecesor, el ex sindicalista Luiz Inacio Lula da Silva, durante ocho años de gobierno, en los que 28 millones de brasileños salieron de la pobreza y 36 millones llegaron a la clase media que impulsa la economía del país, según los datos oficiales.
"Avanzamos mucho en lograr una sociedad más justa. Pero todavía falta, 16 millones de brasileños viven con una renta de menos de 70 reales por mes (unos 43 dólares), en condiciones precarias", dijo la ministra de Desarrollo Social y Combate al Hambre, Tereza Campello.
"Queremos garantizar renta, acceso a servicios públicos, educación, a salud, a condiciones dignas de vida. El Estado tiene la obligación de llegar adonde el pobre está", dijo la ministra al explicar que el programa llevará técnicos de todo el país a identificar a los más pobres.
En un país conocido por el abismo que separa a ricos y pobres, el 71% de los brasileños que viven en la pobreza extrema son negros. La mitad de los más pobres son menores de 19 años y casi el 60% vive en el noreste del país.
"Lucharé firmemente para erradicar la miseria" se comprometió Rousseff, heredera política de Lula y de su mismo Partido de los Trabajadores, cuando asumió el poder en enero.
Brasil creó desde finales de los años 1990 lo que bajo el gobierno Lula se convirtió en un gigante programa de transferencia de renta, con ayudas y subsidios, llamado "Bolsa Familia", que atiende a 13 millones de familias y es un ejemplo en muchos países en África y América Latina.
Al llegar al poder, Rousseff aumentó en cerca de 20% las dotaciones que reciben los beneficiarios de los programas ya existentes vinculados al "Bolsa Familia", que incluyen acceso a alimentos.
El Programa "Brasil sin Miseria" pretende vincular los programas de renta ya existentes con acceso a servicios públicos de educación, salud, asistencia social, saneamiento, energía eléctrica e incorporación laboral y garantizando la producción del campo a los mercados consumidores.
Con ayuda del censo, asistentes sociales y organismos locales ayudarán a localizar a esas familias, informó la ministra.
El programa también incluye beneficios a quienes conservan el medio ambiente.