Bajo la propuesta del gobierno, las compañías brasileñas que pagan un impuesto de 20% sobre su nómina total por previsión social, desembolsarían 18% en el primer año de la medida.
Sao Paulo. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, planea una serie de recortes impositivos a las nóminas en los próximos años, en un intento por promover la contratación formal en las empresas locales, dijo este viernes el periódico Folha de S. Paulo sin citar fuentes de información.
Bajo la propuesta del gobierno, las compañías brasileñas que pagan un impuesto del 20% sobre su nómina total por previsión social desembolsarían un 18% en el primer año de la medida.
El tributo bajaría en dos puntos porcentuales cada año durante tres años hasta llegar a un 14%, pero podría ser extendido por un total de seis años hasta caer a un 10%, señaló Folha.
El predecesor de Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo del aumento de empleos formales una de las principales prioridades de su gobierno, dado que así los trabajadores tienen derecho a beneficios de previsión social.
Alrededor de la mitad de la fuerza laboral de Brasil no está registrada en el Ministerio del Trabajo y se desempeña en una vasta economía informal.
Los recortes impositivos beneficiarían a varias compañías al reducir los costos de contratación y podrían aumentar el número de brasileños con empleos formales a un 60% de la fuerza de trabajo, indicó Folha.
La medida costaría 9.600 millones de reales (US$5.750 millones) a las arcas del Ministerio de Previsión Social sólo en el primer año, o 27.600 millones de reales (US$16.400 millones) por el período de tres años planeado inicialmente, dijo el diario.
Aunque sería un estímulo para el empleo y las fábricas locales, la medida podría elevar aún más el déficit de previsión social de Brasil, que se estima sumará 44.900 millones de reales (US$26.800 millones) en el 2010, reveló Folha.