El economista Leonardo Villar, asegura que si las políticas se manejan adecuadamente se puede retomar un crecimiento del 4,0% a partir de 2017.
La semana pasada el Fondo Monetario Internacional redujo el pronóstico de crecimiento de la economía colombiana a 3,4%, en sintonía con lo que han venido diciendo los diferentes analistas económicos del país. El Espectador habló con Leonardo Villar, director de Fedesarrollo, uno de los centros de investigación económica y social más importantes de Colombia, para saber qué tan preocupados debemos estar los colombianos frente a la realidad económica del país.
-¿Cuáles son los cálculos de crecimiento económico para Colombia que tienen en Fedesarrollo?
-A mediados de febrero, trabajando la proyección de crecimiento, lo pusimos en 3,5%. Antes lo teníamos en 3,9%. En ese sentido nos anticipamos un poco en lo que algunos han hecho las últimas semanas, bajar la proyección. Ese es el consenso de los analistas, un crecimiento de 3,5% para 2015 y algo similar para 2016. La idea es que si las políticas se manejan adecuadamente se puede retomar un crecimiento del 4,0% a partir de 2017.
-¿Qué quiere decir, que las políticas se manejen adecuadamente?
-Mantener la inflación bajo control en un ambiente de depreciación del peso, lo cual no es fácil. En la medida en que la inflación se pueda mantener bajo control y la tasa de cambio se mantenga, los precios del petróleo no afectarán de manera tan grave los ingresos del sector público, ya que pueden aparecer nuevos sectores que aporten de manera importante a la economía.
-Sin embargo, el bajo precio del petróleo es preocupante para la economía…
-El reto más grande es el de las finanzas públicas precisamente. La caída en el precio del petróleo genera un hueco muy grande a las finanzas públicas, que obligará a ajustarlas, ya sea mediante una revisión en el gasto o mediante un aumento en los impuestos. Y cualquiera de las dos cosas es difícil de hacer sin afectar las expectativas y la actividad productiva.
-¿El ajuste en la cifra de crecimiento para Colombia se debe exclusivamente a la caída de los precios del petróleo?
-El elemento central es la caída del precio del petróleo, acompañada de menores precios del carbón, oro y otros commodities que ya venían bajando de tiempo atrás. Pero a eso se suma un cambio en el entorno internacional que tiene dos componentes: por un lado, el ambiente económico latinoamericano que hace cinco años se veía con gran expectativa y, contrario a lo esperado el año pasado, creció por debajo del 1%. Lo anterior, sumado a las expectativas que aumentan sobre Estados Unidos y una menor liquidez mundial.
-¿Por qué la recuperación de la economía norteamericana es una mala noticia para la colombiana?
-Porque la recuperación económica de Estados Unidos, y algo de la economía europea, es noticia que viene acompañada de una expectativa y que hace que los capitales que venían con tanta fuerza, ahora quieren devolverse a esos países desarrollados para buscar alternativas de inversión y oportunidades allá. Ese escenario no es fácil para América Latina en general, pero dada la peculiaridad de Colombia como exportador de petróleo es igual de peligroso, además porque nuestros vecinos más cercanos, desde el punto de vista económico, que son Venezuela y Ecuador, se han visto fuertemente afectados por esta situación.
-El Gobierno ha intentado tranquilizarnos diciendo que la construcción de las vías 4G impulsarán la economía. ¿La infraestructura es tan fuerte?
-Sería muy afortunado que todos los proyectos de cuarta generación empezaran a andar en estas circunstancias, pero no es algo que vaya a entrar en vigencia de manera inmediata. Los proyectos de 4G, incluso los que se asignaron en la primera ola, están haciendo cierres financieros y la construcción de las obras probablemente va a anunciarse a finales de este año. Pero la mayor parte se anunciará el año entrante.
-Se aproximan elecciones regionales. ¿Qué tanto dinero se derrocha en este tipo de comicios?
-En Colombia tradicionalmente el choque político de gasto público ha sido mucho más fuerte en lo que tiene que ver con las elecciones territoriales que con las nacionales. En realidad no se encuentra un vínculo tan fuerte entre el comportamiento del gasto y las elecciones nacionales, pero sí se encuentra con las elecciones territoriales, que en parte tienen que ver con los estímulos a dirigir a los territorios en alguna otra dirección. Claro que independientemente de esto, en la última etapa los alcaldes y gobernadores ejecutan bastante, por lo que se incrementa el gasto público.
-Se conoce que a futuro vamos a tener una nueva reforma tributaria. ¿Golpeará mucho a la industria y al ciudadano? ¿Es necesaria?
-Es necesaria. Cuando se dice que la reforma será estructural se refiere al cambio de la estructura del estatuto tributario para aquellas personas que pagan menos, que empiecen a pagar más. Y las personas que pagan en exceso, pues que empiecen a pagar menos. En Colombia las personas naturales pagan muy pocos impuestos comparado con otros países, y esperamos que ese tipo de soluciones se puedan corregir. En este sentido, no tiene por qué tener un impacto negativo, pero cuando junto a estos elementos estructurales hay que hacer un aumento de recaudo importante para compensar la caída del petróleo, ese aumento sí puede tener un impacto negativo en todos los sectores económicos. El problema es que las reformas tributarias nunca son bienvenidas.
-¿Cuál es la actitud que debemos tener frente a lo que viene a nivel económico en Colombia?
-Tenemos que ser muy cautos, pero optimistas. Afortunadamente el país está enfrentando una situación muy difícil de una manera adecuada y con muy buenas bases. Pero de ninguna manera nos estamos enfrentando a una crisis.
-¿El bajo precio del petróleo podría enfrentarse con la devaluación del peso que jalona otras industrias?
-No será inmediato, la devaluación va a llevar a que, a mediano plazo, la industria y la agricultura tengan mejor competitividad. Tomará bastante tiempo, esto puede traer impactos negativos en el corto plazo porque, por ejemplo, en la industria que funciona con productos importados el impacto inmediato es que se les suban los costos.
-Hay temor sobre cuánto nos costará el proceso de paz. ¿Tiene el Estado ese presupuesto?
-Creo que la paz tiene una importancia enorme desde el punto de visto ético, de la convivencia y del desarrollo social. Pero desde lo macroeconómico sus implicaciones no son tan grandes como muchos han dicho, pues buena parte de los beneficios que pueda traer la paz se han logrado en los últimos 15 años, en la medida en que se fueron reduciendo los niveles de violencia y se ha ido confinando el conflicto en algunas regiones del país. Eso no quiere decir que no sea muy importante terminar el conflicto y el crecimiento que van a tener esas regiones como consecuencia de la terminación del conflicto, sino que el impacto económico puede ser relativamente pequeño.