Si las reservas de divisas siguen vaciándose de forma acelerada y continúa la fuga de capitales, algunos estrategas creen que a las autoridades chinas no les quedará más que aplicar otra devaluación "extraordinaria", que podría agitar los mercados financieros globales.
Beijing, China. Las reservas de divisas de China bajaron en diciembre a cerca de su menor nivel de casi seis años, pero se mantuvieron sobre el nivel clave de 3 billones de dólares, ya que las autoridades del país intervinieron para apoyar al yuan antes de la asunción del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Las reservas de divisas de China cayeron en US$41.000 millones en diciembre a 3,011 billones de dólares, mostraron el sábado datos del banco central. El descenso fue inferior a lo temido, pero marcó el sexto mes seguido de bajas, y se conoce en una semana en la que Pekín actuó agresivamente para castigar a los especuladores y para dificultar la salida de dinero.
En noviembre, la reducción de las reservas chinas fue de US$69.060 millones. Economistas consultados por Reuters esperaban que las reservas bajaran en US$51.000 millones de dólares a 3,001 billones de dólares.
Para todo 2016, la reducción de reservas de China sumó casi US$320.000 millones a 3.011 billones de dólares. En 2015, el recorte fue de US$513.000 millones.
El año pasado, el yuan se depreció un 6,6% contra el dólar, su mayor caída de un año desde 1994. Se prevé que la moneda se debilite más este año pese a los esfuerzos de las autoridades por frenar su descenso.
El renminbi se verá más presionado por las promesas de Trump de catalogar a China como manipulador de moneda en su primer día en la Casa Blanca, el 20 de enero. Además, el electo mandatario ha amenazado con imponer enormes aranceles sobre la importación de productos chinos.
Aunque la economía china aún cuenta con la mayor provisión de reservas de divisas, ha usado cerca de medio billón de dólares desde agosto de 2015, cuando las autoridades Chinas devaluaron al yuan.
Si las reservas de divisas siguen vaciándose de forma acelerada y continúa la fuga de capitales, algunos estrategas creen que a las autoridades chinas no les quedará más que aplicar otra devaluación "extraordinaria", que podría agitar los mercados financieros globales y avivar tensiones con el nuevo gobierno de Estados Unidos.