El premier chino, Li Keqiang, dijo este sábado en la sesión parlamentaria anual en Beijing que China aumentará la tasa del defícit respecto al Producto Interno Bruto (PIB) hasta el 3% este año, del 2,3% en 2015.
Beijing. Pese a la actual desaceleración en el crecimiento, la economía china ha venido mostrando una fuerte resiliencia y gran potencial de desarrollo, cuando el gobierno aún tiene muchos instrumentos en su "caja de herramientas" para promover el crecimiento económico.
El premier chino, Li Keqiang, dijo este sábado en la sesión parlamentaria anual en Beijing que China aumentará la tasa del defícit respecto al Producto Interno Bruto (PIB) hasta el 3 por ciento este año, del 2,3 por ciento en 2015.
El aumento moderado en el defícit gubernamental, proyectado ante todo para cubrir las reducciones de impuestos y aranceles para empresas, es precisamente una de las diversas herramientas en la disponibilidad del gobierno para impulsar la economía.
Como muchos economistas señalaron, pese a la ralentización del crecimiento, la economía china aún tiene gran potencial y el gobierno cuenta con una cadena de instrumentos para apoyar la economía, tales como las estrategias para implementar la iniciativa de "la Franja y la Ruta", actualizar la industria, reducir impuestos, estimular la inversión y bajar las tasas de interés, entre otros.
Entre todas las razones para los economistas mantenerse imbatidos, la primera fuente de su confianza en la economía china proviene del hecho de que los fundamentos económicos del país a largo plazo se han mantenido sin cambios y existe un gran espacio para que el gobierno maniobre.
Primero que todo, China está aún a medio camino de la urbanización y la industrialización, y el potencial para la expansión económica es muy amplio.
El nuevo tipo de industrialización, la aplicación de la IT y la modernización agrícola que está en pleno desarrollo han generado una fuerte demanda interna y un gran potencial para el crecimiento futuro, además de hacer a la economía más resiliente y adaptable.
Todo esto, junto a la profundización de las reformas estructurales, significa que China contará con perspectivas económicas muy promisorias.
La segunda razón para el optimismo es la estabilidad del mercado de empleo. Datos oficiales mostraron que el empleo se mantuvo estable en el país en 2015 pese a la ralentización económica, con la tasa de desempleo en las ciudades chinas en un 4,05 por ciento al final de 2015, inalterable en los tres meses anteriores.
Durante el año, el gobierno creó 13.120.000 de nuevos puestos de trabajo para los residentes urbanos, superando la meta oficial, y no hubo despidos a gran escala, aunque ciertos sectores recortaron empleos.