Los datos publicados este miércoles por la Oficina Nacional de Estadísticas de China muestran que el PIB del país creció un 7,4% interanual hasta los 12,8213 billones de yuanes (US$2,08 billones), en el primer trimestre.
Beijing, Xinhua. La ralentización de la segunda economía más grande del mundo ha provocado algunas preocupaciones, pero la mayoría son injustificadas, teniendo en cuenta el compromiso de China con la reestructuración de su economía.
Los datos publicados este miércoles por la Oficina Nacional de Estadísticas de China muestran que el PIB del país creció un 7,4% interanual hasta los 12,8213 billones de yuanes (US$2,08 billones), en el primer trimestre.
Algunos analistas han afirmado que China tendrá que volver a los paquetes de estímulo y sacrificar las reformas debido a la ralentización. Otros incluso creen que la economía china caerá incontrolablemente en picado, dañando a sus socios comerciales.
"Haciendo uso del viejo truco de comprar el camino del crecimiento, la parte continental corre el riesgo de caer más profundamente en su complicado problema estructural", dijo George Chen, columnista del medio hongkonés South China Morning Post.
De hecho, tales voces, por muy elocuentes que parezcan, no pueden empañar las perspectivas de la economía china, cuyo futuro se decide exclusivamente por la combinación de los fundamentos y políticas económicas del país.
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), dijo recientemente que la economía china no verá una caída rápida, y que el gobierno chino está seriamente comprometido con la implementación de las reformas.
El presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim, dijo hace poco que a pesar de la reciente ralentización, el empeño del gobierno chino para reestructurar su economía es impresionante.
"El riesgo no es el lento crecimiento... El riesgo es que no se pueda permitir que el crecimiento se reduzca", señaló Markus Rodlauer, jefe de la misión del FMI para China y subdirector del Departamento Asia-Pacífico de la entidad.
"Una serie de políticas económicas... demuestran que la nueva dirección de China actúa seriamente con su compromiso de reforma", destacó Forbes en un artículo publicado la semana pasada.
Los funcionarios chinos a cargo también respondieron para calmar las preocupaciones. El viceministro de Finanzas, Zhu Guangyao, expresó al margen de las reuniones de primavera del FMI y el BM en Washington que China no promoverá un paquete masivo de estímulo solo para obtener ganancias a corto plazo.
"El mensaje de que China está dispuesta a soportar las dificultades económicas a corto plazo para seguir adelante con las reformas estructurales estimularía a los economistas que consideran que China necesita actuar con rapidez para sacar su economía del crédito desmedido, el exceso de inversión y el exceso de capacidad", comentó el Wall Street Journal en un artículo publicado el sábado en su página web.
Respecto a la tasa de cambio del RMB (yuan), Lagarde defendió a China, explicando que el último incremento de la fluctuación del yuan es un paso hacia la internacionalización de la moneda, en lugar de la llamada depreciación deliberada.
Expertos creen que mientras China continúe con sus reformas, la actual ralentización de la economía debe ser vista por la comunidad internacional como un paso necesario en la reestructuración de su economía para un mayor desarrollo, y no como una señal de estancamiento o, incluso, retroceso.