El desempeño de la economía, reportado este viernes por la agencia de estadísticas del gobierno, fue mejor que la contracción de 0,5% esperada por el mercado.
La economía de Brasil se contrajo un 0,2% en el primer trimestre, creando las condiciones para una probable recesión este año, en momentos en que las compañías reducen las inversiones y la presidenta Dilma Rousseff intenta reparar los errores en la política durante su primer periodo de gobierno.
El desempeño de la economía, reportado este viernes por la agencia de estadísticas del gobierno, fue mejor que la contracción de 0,5% esperada por el mercado, según la mediana de los pronósticos de 25 analistas consultados en un sondeo de Reuters.
Desde que comenzó su segundo mandato el 1 de enero, Rousseff ha reducido el gasto del Gobierno, elevado varios impuestos y aumentado los precios de la electricidad, entre otros cambios.
La mandataria espera que esas medidas permitan recuperar la confianza del mercado, luego de que muchas de las políticas intervencionistas adoptadas en sus primeros cuatro años de gobierno produjeran efectos indeseados.
Pero economistas también esperan que las medidas generen una contracción en la economía de al menos un 1% este año, con pocas esperanzas de un significativo repunte en el corto plazo.
"La tendencia es de un crecimiento más débil en adelante", dijo Cristian Maggio, jefe de investigación de mercados emergentes de TD Securities en Londres. "Brasil está volviendo a caer en una recesión", agregó.