La derrama económica que se inicia con el arranque de las campañas políticas desde finales de marzo, va a generar un efecto expansivo en actividades altamente ligadas al proceso electoral, señala un estudio de Moody’s Analytics.
Según el informe de Moody’s Analytics, con el arranque oficial de las campañas políticas para la presidencia de la república se inicia oficialmente el ciclo político de la economía mexicana, el cual reaparece ininterrumpidamente cada seis años de elecciones presidenciales.
Con ello, la economía mexicana inicia su ciclo expansivo, estimulada por los efectos multiplicadores de los gastos de campaña y del proceso electoral, así como también de la aceleración del presupuesto federal en programas sociales e infraestructura.
De esta forma, la economía empezará a desafiar los estimados de crecimiento tanto del mismo
gobierno como el de los mercados, quienes en conjunto han estado apostando a un crecimiento menor al 3,9% del año pasado.
La derrama económica que se inicia con el arranque de las campañas políticas desde finales de marzo, va a generar un efecto expansivo en actividades altamente ligadas al proceso electoral, como son la industria de la impresión y papelería, plásticos y derivados, textiles y ropa, prensa y comunicaciones, transportes, hospedaje y alimentos, entretenimiento y hasta servicios personales como seguridad y pinta de bardas. Lo cual se reflejará en un crecimiento económico mucho mayor desde el primer trimestre, aunque mucho mas significativo en el segundo y tercer trimestres del año.
Las campañas han empezado con fuerza y sus efectos económicos multiplicadores se van a concentrar en el segundo trimestre, ya que por primera vez se han limitado dichas campañas a los últimos 3 meses antes de las elecciones de julio. Sin embargo, los procesos internos y los preparativos oficiales iniciaron desde finales del año pasado, con lo cual algunas actividades empezaron a beneficiarse desde comienzos del año.
Así, se espera que la economía empiece a reportar un crecimiento por encima de 4% en el primer
trimestre, para superar fácilmente un 5% hacia mediados del año y posteriormente desacelerarse hacia finales del año con el arribo del cambio de administración. Con ello, la realidad mexicana demostrará una vez más que el ciclo político de la economía sigue estando presente y que se equivocaron quienes apostaron a un crecimiento menor.
Por lo que solo para ellos será una sorpresa si la economía crece a una tasa de entre 4,5% y 5% durante el presente año. Lo que no será una sorpresa será la proliferación de excusas para justificar el cambio acelerado de los pronósticos en cuanto la economía empiece a repetir su historia de cada seis años.