El gobierno peruano dio por terminado el martes el contrato del gasoducto en manos de un consorcio liderado por la brasileña Odebrecht, que no pudo cerrar el financiamiento para la obra en momentos en que es investigada por corrupción.
La economía peruana podría crecer un 3,8% este año, dijo este miércoles el gobierno, un punto porcentual por debajo de lo previsto debido a las menores inversiones relacionadas a la cancelación de un millonario proyecto de gasoducto.
El gobierno peruano dio por terminado el martes el contrato del gasoducto en manos de un consorcio liderado por la brasileña Odebrecht, que no pudo cerrar el financiamiento para la obra en momentos en que es investigada por corrupción.
"Es difícil pensar que vamos a crecer (este año) al 4,8%, yo pienso que podríamos crecer un punto porcentual por debajo de eso, todavía estamos afinando estimados", dijo el ministro de Economía, Alfredo Thorne, a periodistas.
El ministro afirmó que para compensar "el efecto Odebrecht" el Gobierno ha aprobado inversiones públicas por hasta 8.800 millones de soles (US$2.700 millones) este año en infraestructura, salud y educación en el interior del país.
Además, dijo que el Gobierno planea adjudicar este año proyectos de "asociaciones públicas y privadas" que ascienden a entre US$3.300 y US$5.500 millones.
"Nuestro compromiso es asegurar que estos elementos de impulso generen un shock de inversiones lo suficiente fuerte como para compensar el efecto del gasoducto del sur y otros temas", expresó el ministro de Economía.
El ministro de Energía y Minas, Gonzalo Tamayo, refirió en la misma conferencia de prensa que el Gobierno espera realizar una nueva licitación del proyecto de gasoducto en "condiciones más convenientes" en un plazo máximo de 12 meses.
El proyecto de gasoducto peruano, que contemplaba una inversión total de 7.200 millones de dólares, había sido entregado a Odebrecht para una concesión de unos 30 años.
Thorne señaló que el Gobierno buscará que Odebrecht venda su participación en el proyecto de irrigación Chavimochic III, de una inversión de 500 millones de dólares, pese a que la firma dijo a Reuters en la víspera que espera continuar en Chavimochic porque no ha tenido problemas de corrupción.
En este proyecto la firma brasileña tiene como socia a la peruana Graña y Montero.
"Es el compromiso de nuestro presidente (Pedro Pablo Kuczynski) que no vamos a tolerar actos de corrupción, ni vamos a contratar con empresas señalizadas como corruptas", dijo Thorne.
"Si eso lo que significa es que tenemos que pagar un poco de crecimiento por haber tomado esa decisión, pues yo pienso que estamos dispuestos a hacerlo", agregó.