“Si la economía no sirve a la mayoría de los ciudadanos, será una economía fallida. Por eso, las cooperativas son el mejor modelo socioeconómico para enfrentar la próxima década”, dijo Joseph Stiglitz.
“Las cooperativas son la única alternativa frente al modelo económico fundado en el egoísmo y la desigualdad”, aseguró Joseph Stiglitz, premio nobel de economía de 2001, en medio de la tercera Cumbre Mundial de Economía Solidaria, realizada el año pasado en Quebec (Canadá).
Las palabras de uno de los pensadores más influyentes de los últimos años delataron la crisis de la globalización y del libre mercado: “Si la economía no sirve a la mayoría de los ciudadanos, será una economía fallida. Por eso, las cooperativas son el mejor modelo socioeconómico para enfrentar la próxima década”, concluyó Stiglitz.
El informe de Oxfam Una economía para el 99%, publicado en enero de 2017, respalda la opinión del profesor de la Universidad de Columbia: “Tan sólo ocho hombres poseen la misma riqueza que 3.600 millones de personas, la mitad más pobre de la humanidad”, revela la ONG. Además, según los datos del estudio, la riqueza en el mundo asciende a US$255 billones y el 45,6% está en manos del 1% de la población mundial.
Más allá de los números, el problema de la desigualdad se refleja en la pérdida de poder adquisitivo de las clases medias, en la poca calidad de vida de los sectores más pobres y, sobre todo, en el aumento de las necesidades básicas insatisfechas de la población vulnerable. Todavía hay millones de personas en el mundo sin acceso a servicios de salud ni de educación. Incluso, según los datos del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, 795 millones de personas todavía no tienen suficiente comida para llevar una vida saludable y activa y sufren hambre.
En Colombia, el panorama es similar. De acuerdo con el último informe de la Cepal, el coeficiente Gini, que mide la desigualdad, en donde 0 es total igualdad y 1 total desigualdad, está en 0,55. Este índice ubica a Colombia como el octavo país más desigual del mundo y el segundo de América Latina.
Por eso, ante el recrudecimiento de este fenómeno en el país, la representante a la Cámara por el Partido Liberal Olga Lucía Velásquez convocó la semana pasada al foro “Economía solidaria, economía del futuro”. El própósito del encuentro, en el que participaron la ministra de Trabajo, Griselda Restrepo; el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, y representantes del sector solidario, fue mostrar por qué las cooperativas, los fondos de empleados y las mutuales pueden constituirse como el tercer sector de la economía, al lado de las empresas privadas y del Estado, y además pueden ser una alternativa para combatir la pobreza y la desigualdad.
“El sector público ve al sujeto como un actor de derechos y deberes, el sector privado lo ve de acuerdo a la participación que tenga en el proceso de producción y el sector solidario ve al ser humano como el centro y la razón de ser de la economía”, afirmó la representante Velásquez.
De acuerdo con las cifras de la Confederación Colombiana de Cooperativas (Confecoop), el sector de la economía solidaria tiene 7,4 millones de asociados, el 82 % de los cuales, es decir 6,1 millones, hace parte de una cooperativa; 14,7%, equivalente a 1,07 millones de personas, está vinculado con fondos de empleados, y 3,5%, 262.000 personas, está asociado a mutuales.
En otras palabras, casi el 17% de la población del país y 36 % de la población ocupada están vinculadas directamente al sector solidario. Incluso, si se mira con más detalle, los beneficios de créditos, becas y calidad de vida que ofrece el sector alcanzan, en promedio, a tres personas por cada asociado. “Estamos hablando de que cerca de 24 millones de ciudadanos tienen algo que ver con la economía solidaria, casi el 50% de la población total”, concluyó Velásquez.
Por otra parte, el patrimonio del sector, a diciembre de 2016, era de $16,37 billones, los ingresos eran de $32,5 billones y los excedentes llegaban a $761.000 millones. Según Carlos Acero, presidente de Confecoop, hay en Colombia 3.666 cooperativas legalmente constituidas que generan 197.000 puestos de trabajo directo y están presentes en 31 de los 32 departamentos.
Los panelistas del foro revelaron que durante los últimos 25 años se han entregado más de un millón de viviendas con ayuda de cooperativas y fondos de empleados, y que en la última década, el sector solidario ha financiado a 300.000 profesionales. Además, hay 1,3 millones de personas con seguro funerario a través de sus cooperativas.
Por su parte, Mauricio Cabrera, analista económico y asistente al foro, explicó la manera como se encuentra distribuida la riqueza en Colombia y afirmó que el problema no sólo radica en la desigualdad de ingresos sino en la concentración de riqueza. “En Colombia se ha reducido la pobreza, pero no la inequidad”, añadió.
Finalmente, Velásquez aseguró que para consolidarse como el tercer sector, la economía solidaria necesitaba modernizar la normatividad y contar con una política pública y una regulación propia. “Acá no hay una discusión entre capitalismo y socialismo, sino entre capitalismo y economía solidaria”.