Rogelio Frigerio, referente económico del nuevo gobierno argentino, dijo que es posible solucionar los problemas de ese país sin una devaluación "fuerte".
El economista Rogelio Frigerio, hasta ahora presidente del Banco Ciudad de Argentina es uno de los mayores referentes económicos del mandatario electo de ese país, Mauricio Macri. Aunque la titularidad del Ministerio de Hacienda recayó en Alfonso Prat Gay –algunos analistas políticos especulan que, entre otras cosas, porque Macri quiere protegerlo para que lo suceda en el liderazgo–, es un vocero autorizado en asuntos económicos y financieros para Cambiemos, que desde mañana será el nuevo partido gobernante.
Con las finanzas públicas severamente deterioradas, Macri lo designó finalmente ministro del Interior, un puesto clave debido a su buena relación con el peronismo y porque se trata de un experto en finanzas federales que tendrá a su cargo las transferencia de los esmirriados recursos a las provincias.
A través del correo electrónico, respondió a El Observador algunas de las incógnitas que por estos días desvelan en ambos márgenes del Río de la Plata y, entre otras cosas, dijo que Argentina "sin lugar a dudas puede solucionar sus problemas sin una devaluación fuerte". Además, auguró que "Uruguay y Argentina volverán a tener las mejores relaciones".
-¿Cómo definiría la situación económica argentina heredada tras 12 años de kircnerismo y cuáles son los problemas más inmediatos a resolver?
-Argentina se encuentra en una situación de estancamiento económico, hace cuatro años que no crece y, simultáneamente, tiene un proceso de alta inflación. Por lo tanto, la prioridad es remover los obstáculos que han paralizado la economía, como el cepo cambiario, y atacar todo lo que alimenta el proceso inflacionario, fundamentalmente el déficit fiscal y su financiamiento a través de la emisión de dinero por parte del Banco Central.
Todo ello encuadrado en un programa que priorice la inversión, pública y privada, en el camino hacia el desarrollo que permita generar empleo, mejorar los salarios y terminar con la pobreza existente.
-Durante la última campaña electoral ambos candidatos y asesores discutieron públicamente sobre cuánto devaluaría uno u otro. ¿Es posible solucionar los problemas económicos de Argentina sin una corrección cambiaria fuerte?
-Sí, por supuesto. Argentina es el país que más devaluó en el mundo en esta última etapa y no solucionamos ninguno de los problemas. Ahora es hora de generar un programa coherente tanto en lo monetario, fiscal y cambiario, que permita tener una macroeconomía apta para la promoción de la actividad económica.
-¿Qué planes tienen para solucionar los severos problemas fiscales y de acceso a crédito por la disputa que aún mantienen con los holdouts? ¿Promoverán un acuerdo para que vuelva el crédito, savia esencial para la economía?
-Argentina debe regularizar su situación con los organismos internacionales y la situación de la deuda en default. Hay un clima muy favorable para volver a los mercados de deuda a tasas razonables y capitales ávidos para invertir en nuestro país. También para obtener crédito de largo plazo en el Banco Mundial y en el BID, para obras de infraestructura.
-¿Qué puede esperar Uruguay de Argentina en el corto y mediano plazo, teniendo en cuenta su importancia para el turismo y el comercio de bienes y servicios? ¿Habrá un relacionamiento más racional que el que existió durante las pasadas administraciones?
-Sin ninguna duda, Uruguay y Argentina volverán a tener las mejores relaciones. El gobierno de Mauricio Macri dará prioridad en las relaciones internacionales a los países vecinos y al Mercosur, con un espíritu de humildad y solidaridad que le dé contenido a los objetivos comunes.
-Hay quienes sostienen que el peronismo, sin un líder claro y fragmentado puede atentar contra la estabilidad del gobierno de Macri. ¿Qué expectativas tiene al respecto?
-Somos muy optimistas; en la medida que vaya desenvolviéndose una política que contemple los intereses de todos los sectores económicos y sociales y la población vea los resultados positivos que se vayan obteniendo, las eventuales acciones negativas que pueda hacer un sector de la oposición se irán convirtiendo en mera anécdota. Apostamos al éxito de nuestra gestión de gobierno.
