Se requiere de un plan que rescate el salario, controle la inflación y permita el crecimiento.
Venezuela no tiene necesidad ni urgencia de acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI), según lo percibe el economista y profesor universitario José Noguera, quien señala que el país requiere de una estrategia para captar capitales.
Las opciones del país para levantar financiamiento se han visto complicadas ya que las firmas calificadoras de riesgo han castigado a Venezuela.
Si bien el riesgo país ha mostrado una mejoría en lo que va de año, siempre está en vaivén marcado por la situación política, que es aprovechada por los agentes especuladores del mercado para sacar provecho de un país que mantiene un récord impoluto de sus cumplimientos de pago.
Si Venezuela decide hacer operaciones en el mundo financiero, las tasas de interés serían muy altas.
No hace falta. Ante este escenario, José Noguera advierte que “se observan opiniones y surgen propuestas como la de llamar al Fondo Monetario Internacional. No tenemos porqué llamarlo. Mi percepción es que en este instante no hace falta”.
Tratando de ilustrar la situación, señala que si a la economía venezolana le hace falta un financiamiento para los próximos años “digamos que de 50.000 millones de dólares, no importa si los levanta el Gobierno o los aportan los privados, lo importante es que vengan a alimentar la oferta de divisas en el país”.
Al ser consultado sobre las áreas que podrían ser atractivas para potenciales inversionistas internacionales o locales, Noguera señala que hay espacios en distintos sectores de la economía que tienen un déficit de actores, “empresas que se han ido o que han dejado de operar porque no ven el panorama claro”.
-Cuáles son esas áreas atractivas para invertir.
-Hay que ir reconstruyendo oportunidades que han sido cercadas por decisiones económicas desacertadas. Recuperar la actividad productiva del campo, es una de las áreas de gran potencial. Por otra parte, está la posibilidad de recuperar la capacidad de generar electricidad; requiere una gran inversión de recursos y existen empresas transnacionales que estarían interesadas en apostar por esos negocios”.
-Cuales serían dos acciones medulares para atraer esas inversiones.
-La libre movilidad de capitales; un manejo libre del sistema cambiario en donde las empresas extranjeras que quieran venir, tengan los mecanismos que le permitan con certeza, la posibilidad de repatriar la inversión que hicieron. La otra, es la seguridad jurídica del derecho a la propiedad. Hay que generar confianza, que es subjetiva. Seguridad que las inversiones no se vean amenazadas por decisiones repentinas del Estado que atenten contra los intereses de los empresarios que están haciendo una apuesta por el país, por sus recursos y sus potencialidades.
-Cómo debe manejarse el tema cambiario
-Hay que quitarle rigidez al sistema. Soy partidario de erradicar ese control. En el mundo hay diferentes esquemas. Uno ve el libre mercado cambiario, como en la economía chilena. Sin embargo hay otros esquemas que no lo son tanto y eso se evidencia en las economías asiáticas, incluso en la misma Alemania. Dejan fluctuar mucho, pero hasta cierto punto, entonces intervienen un poquito más. Lo importante es no tener una moneda rígida, que te genera unas distorsiones como las que estamos enfrentando en Venezuela.
-Pero existe un escenario recesivo en el corto plazo y eso no es atractivo.
-Hablamos de recesión cuando existe una contracción de la demanda para comprar productos. Yo veo el escenario venezolano, más que con un problema de recesión con un tema empobrecimiento, pues producimos menos y esa es la tendencia que debemos quebrar. Así tengamos una buena tasa de empleo, los niveles de productividad que tiene Venezuela son muy bajos.
-Como quebrar esa tendencia si los precios del crudo, la principal fuente ingresos, cayó de manera importante.
-Hay muchas formas de crecer y el ingreso petrolero no es lo único. Insisto, este es un país donde muchos capitales se han ido o tienen reservas. El mercado está cerrado. Es necesario aflojar todas esas aprensiones. Tenemos que articular un programa económico coherente. No hablo de un programa de ajustes que es algo específico sino de un plan económico que rescate el salario, controle la inflación y permita el crecimiento por los próximos 20 o 30 años.