A escala nacional el 12,2% de menores varones labora, ante un 7,3 de mujeres. El 23,5% de chicos y chicas de entre 15 y 17 años ya trabajan en Ecuador; el 10,8% entre los doce y 14 años y el 2,8% entre cinco y once años de edad.
Quito. La incidencia del trabajo infantil se redujo en el Ecuador del 16 al 10% entre 2004 y 2009, mientras que este país andino cuenta con la normativa adecuada –que proscribe toda forma de esta explotación- sin embargo, el desglose de las cifras demuestra inequidad al comparar el trabajo de niños en ciudades y en el campo, o entre grupos étnicos y entre quintiles por ingresos de la sociedad.
La estadística presentada en un informe de los catedráticos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Juan Ponce y Fander Falconí –ahora secretario Nacional de Planificación- analiza la normativa vigente, los costos-beneficios de la erradicación de este trabajo precario y la evolución histórica del trabajo de menores de 17 años en el Ecuador.
La metodología para determinar este costo es de la Organización Internacional del trabajo para los próximos 20 años y calcula un precio total de US$977,2 millones, pero esto otorgaría al país un beneficio de US$1.110,4 millones.
Esto se logrará distribuyendo esos costos entre incorporar a los niños a las escuelas y al colegio, el costo de oportunidad (lo que las familias dejarán de percibir por el no trabajo de sus niños); el costo de una transferencia monetaria y el costo de programas específicos para erradicar el trabajo de los niños del país. El plan está incorporado ahora al Plan Nacional del Buen Vivir.
La situación actual –con cifras del 2009- demuestra por ejemplo que el 27,3% de los indígenas menores de edad están obligados a trabajar, frente a un 8,4 de mestizos, 7,3% de blancos y 5,7 de afrodescendientes.
La simulación, a valor presente, destinaría en 20 años 476 millones de dólares adicionales a los presupuestos de educación básica y 409 millones para educación de bachillerato; 28 millones de dólares para solventar programas específicos de niños y niñas y una ampliación de 50 millones de dólares para el Bono de Desarrollo Humano.
Mientras que en las ciudades el 5,1% de los niños trabajan, el 17,5% de ellos lo hacen en la escala rural. El quintil 1 (el más pobre) acude a un 13,8% de infantes trabajando, el quintil 2 un 9,8%; el quintil 3 con 9,5%; el quintil 4 con 8,9% y el quintil 5 , que hace trabajar a un 5,8% de sus menores de edad.
A escala nacional el 12,2% de menores varones labora, ante un 7,3 de mujeres. El 23,5% de chicos y chicas de entre 15 y 17 años ya trabajan en Ecuador; el 10,8% entre los doce y 14 años y el 2,8% entre cinco y once años de edad.
El 15,1% de menores de la Amazonía trabajan, y el 12,6 en la región andina, ante el 6,6% de la costa. Esto se explica pues en la Amazonía y en la Sierra existe mayor trabajo agrícola en el que es muy común el trabajo de menores de edad.
El 4,4% de los niños solo trabajan y no estudian y el 85% de los menores, en cambio, solo estudian y no trabajan.